IN THE LIGHT OF YOUR HALO

TOMA #3 EN SUEÑOS, ÉL PRONUNCIA MI NOMBRE SUAVEMENTE.

TOMA #3 EN SUEÑOS, ÉL PRONUNCIA MI NOMBRE SUAVEMENTE.

“El pelinegro se mueve durante sueños, como cada noche. Su rostro se contrae por el caleidoscopio de emociones que experimenta en su propio mundo de inconsciencia, pequeñas perlas de sudor se hacen presentes en su cuerpo y su respiración de agita. Va a soñar lo mismo que todas las noches.

Ri Ahn

El mismo nombre se escapa de sus labios de nuevo, el mismo nombre que será olvidado al despertar.”

Spring se encontraba muy ocupada ignorándome con un diccionario Coreano-Español Español-Coreano cubriéndole el rostro, se estaba tomando muy en serio nuestro trabajo, bueno, lo más serio que una rubia de estatura promedio con un vestido floreado naranja puede lucir. Nunca me había puesto a pensar la razón de la existencia de Spring, ni siquiera cuando a pesar de ser mi consciencia lucía tan diferente a mí y actuaba tan caprichosa como una diva de Hollywood. Recordaba a Spring desde que tenía uso de razón, incluso guardo en mi memoria, con mayor claridad que otras, una de sus apariciones en mi mente cuando tenía 5 y estaba llorando en el patio del orfanato. No recordaba la razón pero si las palabras de Spring.

El lila y el morado no son lo mismo.

Levanté la vista confundida esperando encontrar al dueño de la melodiosa voz y me tope con el patio desolado. Sólo estaba yo.

Todos creen que son lo mismo pero no. ¿Tú cuál crees que es mejor?

Parpadeé confundida y entonces me percaté de que aquella vocecita estaba en mi cabeza. Era un rubita de mi edad con ojos azul celeste y un vestido blanco. En la mano derecha tenía un horroroso vestido floreado color mora y en la izquierda uno igual pero de tonalidad clara. Recuerdo que no me pregunté quién era y por qué estaba eligiendo su atuendo en mi cabeza, ni siquiera cuestioné su gusto tan primaveral en pleno invierno, simplemente la observé curiosa mientras le apuntaba el de color más fuerte. Ese había sido el primer vestido floreado de Spring y probablemente el causante de que desarrollara la manía de vestir así, de haberlo sabido le hubiese aconsejado se quedara con el blanco que ya tenía puesto.

Dejé a Spring con su estudio del idioma asiático y miré por la ventana del avión, llevábamos más de seis horas de vuelo, habíamos salido de Mérida rumbo al Distrito Federal  y de este tomado un nuevo avión rumbo a Los Ángeles para abordar el que nos llevaría a Seoul. Era una totalidad de 19 horas con 40 minutos de vuelo y estaba temiendo que la novela que me había traído conmigo no me fuera suficiente para soportarlo. Según había leído el vuelo podía haber sido más largo si no contara con la Visa pero al llegar al día siguiente a Passé me había topado con Laurent en mi cubículo sosteniendo mi pasaporte, visa y boletos de avión cortesía del señor Kwon. Eso me había llenado de demasiadas dudas ¿Cómo había hecho el trámite en tan poco tiempo? Alexie me había preocupado diciendo que sólo el pasaporte me tomaría una semana. Tal vez tenía contactos o incluso había preparado los documentos con anterioridad. Lo segundo me producía incomodidad, significaba que el señor Kwon realmente había ido a Passé por mí y que además contaba con toda mi información.  Esa idea sonaba aterradora pero resultaba imposible creer que alguien como él estuviese interesado en alguien como yo. Sólo era una hermosa oportunidad caída del cielo como elocuentemente la había denominado Spring. Dejé esas ideas dar vueltas en mi cabeza y cerré los ojos, si faltaban casi once horas para llegar tal vez al menos podía dormir unas cuantas. Buenas noches Spring.

Mi estómago lo sintió, el suave cosquilleo anunciando el descenso del avión. Abrí los ojos con pereza y parpadeé hasta conseguir ver con claridad la imagen del color naranja extenderse por una de mis ciudades predilectas, llegué justo con el amanecer a uno de los países del sol naciente. Corea del Sur. Sonreí tontamente, esa sonrisa que sólo salía al exterior cuando veía mis amadas novelas coreanas. Oh. Spring era participe de mi entusiasmo, ella daba saltitos sin parar y corría en círculos. Dejé salir el aire que sin darme cuenta estaba reteniendo y con ello me liberé de los problemas y mi historia. Podía permitirme ser quien quisiera ser en la semana que pasaría en este país. Claro, debía mantener informado de mis avances a Laurent y trabajaría en la investigación directamente con el Sr Kwon. No tenía mucha información sobre la cual comenzar pero según las especificaciones dadas a Passé encontraría todo lo que necesitara aquí. En la documentación que me fue entregada sólo habían unos cuantos testimonios de la existencia de la pintura y una documentación que a mi parecer no podía ser confiable, las fechas dadas no cuadraban con el periodo de actividad del autor Danwon, le había expresado mis dudas a Laurent y este las había tachado como inseguridad por parte mía. Seguía teniendo sospechas de este asunto y eran mayores cuando el día antes de partir, mismo en la que tenía agendada una reunión con nuestro cliente, el asistente de este había llamado para cancelar la cita. Había cierto misterio envolviendo esta asignación especial.