TOMA #10 EL CAMINO A LA OSCURIDAD

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PARTE I

“Los seres humanos no lo ven, pero eso no significa que no exista. La puerta a la oscuridad se encuentra justo en frente de sus ojos, ellos entran sin ser del todo conscientes que no podrán salir nunca más.”

En el distrito de Gangnam, justo en la zona cercana a la estación, escondido entre grandes edificios comerciales, se encuentra la Sede de la Orden de los Soldados Oscuros. Se trata de una construcción moderna de diez pisos. El primero está disfrazado de discoteca, atrae a las almas libertinas de toda la ciudad y le da a la Orden de la Oscuridad el camuflaje perfecto para operar. Lo que hace a ese sitio diferente a los demás e incrementa su popularidad es que está abierto las veinticuatro horas del día. Es un lugar de perdición, popular entre los traficantes de drogas y la mafia local. Sólo hay una condición para poder ingresar: no ser un Soldado de Luz. ¿Cómo lograría ocultar mi verdadera naturaleza e infiltrarme? ¿Cómo lograría convencerlos de que había abandonado la causa de la Orden de la Luz y que ansiaba ser uno de ellos?

Había estado vigilando la entrada a la Sede desde la cafetería que se encontraba cruzando la calle, se había cumplido una semana desde mi separación de la Orden de la Luz y aún no lograba ingresar. Todo era causa de mi naturaleza, los seres de luz cargábamos con demasiada energía a nuestro alrededor que era fácil de identificar para nuestros enemigos, suprimir esa energía era una tarea complicada, realizarla equivalía a perder parte de nuestra esencia, parte de nuestra divinidad.

Traté de tranquilizarme por enésima vez, en el estado en el que me encontraba ellos me descubrirían muy fácilmente, no podía permitirme el ser una presa fácil. Respiré profundo y me concentré de nuevo en levantar una sólida barrera en mi mente, una lo suficientemente fuerte para mantener a salvo mis pensamientos.

Enfoqué mis sentidos en suprimir parte de mi energía, debía dar el aspecto de alguien debilitado, debían pensar que había escapado de la Orden y que esta me daba caza.

Pude sentir mi energía nivelarse, la imagen mental de un muro de hizo presente en mi inconsciente y finalmente parte de mi esencia divina se ocultó en mi interior. Después de una semana de práctica me encontraba satisfecho con casi todo, aún quedaba el nerviosismo por todo lo que me esperaba.

Observé de nuevo la entrada a la Orden de la Oscuridad, como todos los días y sin importar la hora, una interminable fila se formaba de la puerta hasta dos calles atrás, me entristecía pensar que existieran seres humanos que se abandonaran a ese tipo de perdición. Miré con atención al guardia en turno, por su aspecto estaba seguro que se trataba de un nuevo recluta de la Orden, tal vez este era su primer trabajo. Si él era nuevo tenía algo a mi favor, tal vez aún no era lo suficientemente sensible como para ver a través de mí.

Dejé el costo del café sobre la mesa y salí de la cafetería, no podía seguir perdiendo el tiempo, era un ahora o nunca. Crucé la calle con prisa e hice acopio de mi experiencia como actor para lucir arrogante y confiado, los pantalones gris oscuro y la camisa de lino negro con botas de igual color me daban la imagen que quería proyectar, rudo y peligroso. Eran cerca de las 9PM y la calle estaba débilmente iluminada, el viento invernal daba el ambiente perfecto a la noche.

Pasé de largo ignorando las quejas y malas palabras de las personas en fila, me dirigí hacia el guardia y le salude con un movimiento de cabeza. Él se rió extrañado y me hizo un gesto negativo con la mano.

-Vuelve a la fila.

-Mis amigos me esperan adentro-expliqué.

El guardia enarco las cejas.

-¿Quiénes son tus amigos?

-Cualquiera que esté adentro-respondí confiado.

Acto seguido, soltó una carcajada que me puso nervioso. Cambié el peso de un pie a otro e intenté de nuevo.

IN THE LIGHT OF YOUR HALOWhere stories live. Discover now