scars; 7

11K 526 8
                                    

                                                          7

Dicen que tuve un ataque de ansiedad.

Mi mamá vuelve a llevarme con el señor Ronald, mi antiguo psicólogo. Él dice que no le sorprende que vuelva, que las personas en mi "situación" siempre tienen recaídas.

No puedo mirar a mi mamá a los ojos, puedo sentir la decepción a metros de distancia. Era lo que menos quería, decepcionarla.

Tengo dos semanas libres de tareas y aburridas clases de matemática. Según el señor Ronald, es para ver mis "avances" de posibles nuevos cuadros de ansiedad.

Todos creen que estoy loca y que voy a matarme. No es así. Bien, al principio lo quería así, pero luego se transformó en mi vía de escape. Ryan intentaba controlarme, pero no era (es) fácil dejarlo una vez que empiezas.

Dan viene a verme cada vez que puede después de clases.

Adam fue golpeado a la salida de un pub el fin de semana anterior u permanece escondido en su habitación.

Entiendo porqué se esconde. Está intentando huir de la mierda, a su manera. Yo la encontré cortándome.

—¿Alexa, bebé?—mamá sonríe desde la puerta, la miro.

Últimamente vive llamándome así y lo odio.

—¿Pasa algo mamá?

—Tienes visita.

¿Visita?

Mi única visita constante es Dan y él no es exactamente un extraño en está casa. Cierro la chaqueta de Dan que tengo puesta. Ayer me la prestó y aún tiene su olor.

Camino hasta la sala pensando en quién querría venir a verme.

Brooks.

Ryan Brooks.

Me detengo de golpe, él aún no me ha visto, golpea nervioso con sus pies contra el suelo. No sé cómo en algún momento de mi vida pude amar cada movimiento que él hacía, ugh.

¿Qué mierda está haciendo aquí?

Aclaro mi garganta para hacerme notar en la habitación.

—¡Alex!—se levanta del sofá favorito de mamá con una sonrisa horriblemente falsa acompañada de sus feos hoyuelos.

—¿Qué haces aquí?—escupo manteniendo mi posición rígida.

—Quería saber de ti—su mano toca mi hombro y no se queda ahí más de tres segundos, gracias a mi mirada (ya entrenada) de no-me-mires-hijo-de-puta.

—Imagino que son miles los rumores y quieres saber si son o no ciertos—apoyo mis manos en mi cadera, no sé de dónde saque tanta valentía, mis piernas tiemblan y creo que me pondré a llorar ahora mismo.

—No, Alexa, estoy aquí por ti—deja de sonreír. Odio cuando él pronuncia mi nombre. Suena más lindo en los labios de Dan.

—¿Por mí?¿te aburrió Wanda, tan rápido?—respondo en tono burlón.

—Estoy aquí porqué te amo y me preocupo por ti—río fuerte sacando todo el aire dentro de mis pulmones.

—Claro, tú me amas y las tetas de Wanda son reales—ruedo los ojos sin dejar de reír.

—Alex—da un paso más cerca, al mismo tiempo doy un paso atrás, suspira y deja caer sus manos lejos de mi—, dejarte fue un error, creí que estarías mejor sin mí, que aprenderías a valerte por ti misma, te sigo amando, nunca dejaré de hacerlo...—casi puedo creerle.

El timbre suena y dudo entre abrir o seguir escuchando el patético discurso de Ryan.

La puerta se abre sola.

—¿Hola?, la puerta estaba abierta entonces entré—grita Dan mientras entra. Miro a Ryan, luego a Dan que aún no se da cuenta de que él está aquí—. ¿Alex?—grita mientras camina hacia mi habitación.

Vuelvo a mirar a Ryan, frunce el ceño y sus manos se formaron en puños.

Por alguna extraña razón me siento nerviosa y no sé qué hacer.

—¡DAN!—grito lo más fuerte que puedo, provocando que Ryan diera un salto del susto que le di, mi corazón está latiendo rápido y creo que es otro ataque de ansiedad-pánico

ScarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora