Scars

scars; 31

                                                                     31

Cuando me dijeron que me iría con la abuela, imagine cualquier cosa menos, dos horas de viaje en carretera con papá. Cualquier cosa menos eso. Ya puedo imaginar lo que me espera.

Intenté comunicarme con Adam, pero mi—no—querido papá, cortó mi crédito y de paso bloqueó mi jodido celular. Termino de acomodar mi ropa en la maleta, pero ahora que lo pienso, nunca me dijeron cuánto tiempo me tendrán en ese paraíso olvidado. Esto no será fácil.

—Alexis—mamá dice desde la puerta. La observo, ¿en qué momento se volvió tan vieja y frágil?—. El auto espera afuera.

Ni una pizca de emociones. Es un robot.

Me pregunto qué le habrá molestado tanto a papá, Ryan robó su juguete favorito, y ya tiene uno nuevo.

No puedo creer que toda está mierda haya pasado en un sólo día. 

Nadie notó que me salté la útlima clase por Dan.

Nadie notó que esté fue mi último día de clases.

Nadie notó cuando mi corazón se rompió en ese hospital.

Nadie.

Intento ver esto por el lado positivo, enserio lo intento. Verlo como una nueva forma de vivir, lejos de los problemas, del miedo, de la tristeza. Ryan, Dan y Wanda. Pero, luego pienso, que es imposible comenzar una nueva vida sin Dan, porque, vivo por él y para él.

Ugh.

Estoy enamorada de un imbécil.

Papá entra en mi habitación sin cruzar una palabra, o grito ((en su caso)), que es totalmente extraño, toma mi maleta y se va con ella. Miro mi habitación por última vez antes de irme y una enorme duda crece en mi cabeza.

¿Llevo mis cuchillos conmigo?

Las voces en mi cabeza murmuran cosas que no logro entender.

Mi corazón comienza a latir más rápido acompañados del sudor frío que empapa mis manos.

Me acerco a la repisa junto a mi ventana. Puedo verlos brillar, llamándome.

Mierda, ¿qué hago?

Papá toca la bocina repetidas veces presionándome aún más.

Respiro. Tomo una foto de Dan, Adam y yo. Salgo de mi habitación con mis ojos nublados por las lágrimas acumuladas, veo a mi mamá en la cocina, pero no creo ser lo suficientemente fuerte como para poder despedirme de ella. Corro hacia el auto.

—¿Te despediste de tu mamá?—cierro la puerta y ajusto mi cintrurón de seguridad.

—Si—murmuro manteniendo mi vista al frente.

Enciende el auto y avanzamos.

Dentro de mi bolsillo se encuentra mi último recuerdo con los Bennet, eramos felices, hace tres años, tres idiotas siendo totalmente idiotas en una pizzería del centro.

Cierro mis ojos y apoyo mi cabeza en la ventana. 

Espero que haya sido la desición correcta.

*nota:

¡MUCHAS GRACIAS POR LEER! sus comentarios son todos taaaan dsfgkljfg no sé, me llenan de energía para seguir con esto, las/os amo, muchas gracias por apoyar esto, lo aprecio demasiado.