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No estoy muy segura de qué fue lo que pasó en la librería, y menos del porqué ahora estoy sentada en la camioneta de Dan comiendo cheetos, pero bueno, soy fácil de sobornar cuando el soborno es comida gratis.

Si, soy fácil de sobornar.

Todo esté tiempo Dan ha estado en silencio y no entiendo qué pasa. Lamo mis dedos llenos de esa sustancia con sabor a queso que dejan los cheetos. Apago el radio que llenaba el silencio.

—Dan, sabes que en algún momento tendrás que decirme a dónde vamos, ¿verdad?—lo miro con atención, guardando en mi memoria cada detalle de su tenso (pero no menos lindo) rostro.

Asiente y aprieta con fuerza el volante...¿cómo sé eso?, sus nudillos están blancos, llevo nerviosa mi mano hasta la suya, la acaricio y se detiene en un semáforo, me mira, su agarre en el volante se hace menos fuerte, le sonrío.

—Tranquilo...sea lo que sea lo que te tiene así...estará bien, todo estará bien—suspira y vuelve su mirada al frente.

—Si tú lo dices...—quito mi mano de la suya y la dejo caer en mi regazo,  cambia la marcha y avanzamos.

Me pregunto qué estará pasando por la cabeza de Dan Bennet. Me distraigo mirando por la ventana, de a poco comienzo a reconocer las calles.

¿Me está llevando a su casa?, no, esa no es la pregunta correcta.

¿Porqué me está llevando a su casa?

—...¿Dan?—lo miro, su mandíbula está tensa.

—Shh—sigue conduciendo y con eso me basta para calmarme.

Con un "shh" es suficiente...por ahora.

                    

                       *           *           *

Esperaba que hubiera más gente en casa además de Dan, el perro y yo, pero al parecer todos tenían algo que hacer hoy.

—¿Qué hacemos aquí?—camino inquieta a su lado.

No es la primera vez que estoy aquí, pero por alguna razón, está vez es distinta.

—Tengo que mostrarte esto—por el pasillo a la derecha, abre la puerta de su habitación y me hace entrar con la luz apagada. De pronto tengo miedo, no de Dan...tengo miedo de estar sola en un lugar tan oscuro. La mano de Dan toma la mía y mis miedos desaparecen; me guía a través de la habitación, enciende una lamparita que hay sobre su escritorio y con eso me basta para ver a mi alrededor. 

Recuerdo haber visto algo así en CSI, cuando estudiaban criminales o algo así.

En el centro había una foto de Wanda, y más abajo un tipo de examen de ADN que confirmaba la paternidad de Dan, mi estomágo se retuerce.

Sigo las flechas pintadas de marcador rojo que me llevan a distintas fotografías de chicos de la escuela, caras conocidas, entre ellos Ryan. Sale sonriendo, pero sus hoyuelos no se ven. Su foto está marcada alrededor de muchos circulos rojos, más flechas desde la foto de Ryan me llevan devuelta al examen de ADN, marcando en grandes lineas el nombre de la clínica. Volví hacia Ryan, había otra flecha y me encontré a mi. Arrugando la nariz mientras sacaba la lengua, esa foto me la tomó Dan el verano pasado, letras pequeñas en rojo bajo ella dicen "princesa".

Después de estudiar todo una vez más, me volteó a ver a Dan que observa orgulloso su maníaca obra de arte.

—Loco, ¿no?—me sonríe por primera vez en horas, asiento mientras él se acerca por mi espalda y apoya una de sus manos en mi cintura, su otra mano me indica  el nombre de la clínica—. ¿Reconoces el nombre de la clínica?—niego, nunca haía oído hablar de ella. Ríe—. Eso es porqué no existe, Alex. No existe aquí, ni en todo el pueblo, ni en todo el estado, ni en todo el maldito país—su voz está al borde de un colapso, su otra mano cae sobre mi cintura y me voltea, obligandome a la incomodidad de sus ojos sobre mi.

—Dan, es imposible que no exista—murmuro.

—Alex—lleva sus manos hasta mi cuello y lo acaricia con sus pulgares haciendo distraídos circulos sobre él, seguramente él lo ignora pero esto me ayuda a liberar tensión, oh dios, si—. He trabajado en esto como loco, sé que es probable que parezca un puto paraníco justo ahora—río porque es cierto—, pero necesito que creas en mi...nada más que eso, cree en mi—lo observo, ¿cómo es posible que pueda amar tanto a esté hombre y él no pueda notarlo?, asiento y él deja caer sus manos e indica su mapa tipo CSI.

Me habla emocionado detallando cada cosa, y me asegura que ese bebé no es suyo, en ningún momento me explica  porqué Ryan sale en su mapa, y mucho menos porqué YO estoy en él.

Wanda lo está volviendo loco, pero debo admitir que incluso siendo un maníatico me parece lindo.

ScarsWhere stories live. Discover now