Scars

scars; 9

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Llevo dos horas sentada aquí en silencio, el señor Ronald escribe como loco en su libreta.

—¿Porqué está escribiendo si no estoy hablando?

Por primera vez en dos horas, levanta un poco su mirada hacia mi, sonríe.

—Es lo que tengo que hacer, Alexa—frunzó el ceño ante la calma en su voz, deja caer la libreta sobre su escritorio—, ¿estás preocupada?

—Si—gruño.

—No lo estés, sólo te provocará otro ataque de ansiedad.

Suspiro.

Llevo semanas viniendo aquí y siempre dice lo mismo. Además me llena de pastillas y medicamentos raros.

Miro la hora, y pienso que hace una semana atrás, justo a está hora, Dan y yo veíamos abrazados en la cama de mi mamá "tarzán". Él no volvió a casa, llamo un par de veces mientras yo dormía (producto de las nuevas pastillas que estoy tomando), y mamá tomó la llamada.

Lo extraño, y si no vuelve es por mi culpa.

—...Bien, entonces, hasta la próxima sesión.

Y así es como desperdicié dos horas de mi miserable vida.

Tomé mi bolso y caminé decidida por el pasillo.

Iría a la escuela por Dan.

            *                  *                     *

El timbre sonaba y una manada de chicos malolientes y descerebrados salieron por las puertas principales.

Divise el bien peinado pelo de Adam, uno de sus pomulos seguía hinchado, me acerque a él.

—Hola, Adam—le sonreí, me miró y sonrío un poco.

—Alex..—silencio incómodo—...tengo que irme, estoy un poco ocupado.

—Oh...bien—lo vi alejarse y desaparecer entre la multitud.

Eso fue bastante extraño.

Adam estaba siendo extraño conmigo hace días.

Me filtré en medio de la multitud, pude ver a Dan con el ceño fruncido, mientras tiraba de su mochila que se engancho con algo, sonreí.

—Dan—tire de su brazo libre hacia mi, debido a mi altura, miro hacia abajo, su ceño dejó de estar fruncido, sonreí aún más.

—Alex, ¿qué estás haciendo aquí?—¿porqué seguía enojado conmigo?¿hice algo mal?, tal vez no me ama tanto como dijo antes.

Su mochila fue tirada hacia atrás junto con él, me moví para encontrarme con las tetas falsas de Wanda.

—Oh, Alexis, amor—me sonrío falsamente. Odio que me llame "alexis", me llamo Alexa, ugh—, ¿te escapaste del loquero?, deben estar buscándote, no puede ser que pases tanto tiempo sin tu dosis de drogas—. Enganchó su brazo con el de Dan y me sentí un poco mareada. Dan se soltó del brazo de Wanda y dió un paso hacia mi, al mismo tiempo di un paso atrás.

—Yo...tengo que irme—balbuceé, di la vuelta y volví a mezclarme con la multitud.

—¡ALEX!—gritó.

—Ugh, bebé, dejala ir, es mejor que vuelva por su cuenta al loquero—ríe, puta.

—Cállate, Wanda—gruñe.

No puedo avanzar, me quedé atascada y sólo quiero salir de aquí. No quiero llorar frente a ellos, quiero golpear a Dan por dejarme cuando dijo que nunca lo haría. Como me gustaría desaparecer justo ahora...

—...Alex—tira de mi hacia él, y mi cara choca contra su pecho duro.

—Eres un imbécil y te odio—grito contra su pecho mientras mi cara arde de rabia, mis ojos sin que yo se los permitiera, comienzan a lagrimear.

—Lo sé—acaricia mi espalda.

—Quiero irme a casa—digo, pero no hago ningún esfuerzo por soltarme de su abrazo.

—Yo te llevaré.

—No.

—Si.

—¿Porqué ahora y antes no?—hice el gran esfuerzo de alejarme de su buen olor.

—¿Antes?...—murmuró sin entenderme, pude verlo en su cara de confusión.

—...Dan—rodé los ojos, y limpié mi cara que estaba húmeda con lágrimas de corazón roto por segunda vez—. Si te aburriste de ir a ver a tu amiga suicida loca, puedo entenderlo; pero dejarme esperando, fue un acto que nunca esperé de ti, sinceramente me duele tener que venir por ti hasta aquí, para encontrarme con Wanda y tú juntos de nuevo. Sólo necesito un poco de tu tiempo Dan, últimamente Adam y tú están actuando demasiado raro, me hacen sentir extraña. Cuando lo único que quiero es a mis mejores amigos devuelta.

Guarde silencio esperando su respuesta, pero sólo hubo silencio. Negué con la cabeza y me di la vuelta para huir a casa.

—Wanda está embarazada.

Me detuve antes de cruzar la calle, mi mundo comienza a caerse.

—...¿tú...?—mi garganta se apretó.

—Si, Alex, yo soy el padre.

Giré sobre mis pies para verlo mejor, sus ojos estaban cansados, se veía preocupado, pero mi corazón estaba demasiado herido.

Está vez lo haré por mi.

Tomé aire y me di la vuelta nuevamente.

—Adiós, Dan.