10. Pisadas de gigante

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CAPÍTULO DIEZPISADAS DE GIGANTE━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

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CAPÍTULO DIEZ
PISADAS DE GIGANTE
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Algo andaba mal. Algo andaba terriblemente mal, y Félix no lo creía únicamente por ese mal presentimiento decidido a ahogarlo en inseguridad. Lo decía por la multitud de bengalas verdes alzándose en el cielo cuando anteriormente solo había visto amarillas.

—Humo verde —dijo Levi, mirando con los ojos ligeramente entrecerrados hacia arriba—. Oluo, dispara.

—¡Entendido!

Félix trazó el ascenso de esa, también. Le era imposible dejar de verlas subir, imposible de alejar su mirada de los colores y lo que cada uno de ellos representaba.

La bola de nervios meciéndose gentilmente en su interior era difícil de pasar por alto, sobre todo con la ausencia de bengalas, y la repentina abundancia de humo verde arriba de sus cabezas.

Lo que sea que Erwin hubiera estado esperando, claramente lo había conseguido.

—¡Reportando! —exclamó alguien desde su derecha, y Félix giró su cabeza en aquella dirección. Había un jinete que se acercaba hacia ellos con una expresión dura en el rostro—. ¡Informes sobre bajas! La unidad de asistencia en el flanco derecho fue parcialmente aniquilada. Estamos sin un flanco de defensa para futuros acontecimientos.

Ah, pensó una vez el hombre les pidió que se movieran hacia la izquierda. Es peor de lo que pensé.

Por el rabillo del ojo vio a Petra romper formación, y de repente sus nervios se dispararon.

Petra. No se había olvidado de ella aún con todo lo que esta expedición le causaba. Incontables veces se decía que, pasara lo que pasara, la imagen de su rostro ensangrentado no podía repetirse.

No podía volverse una realidad salida directamente de sus pesadillas.

Félix nunca había sido de los que creían en sacrificios, no realmente. Pero, cuando sus amigos estaban involucrados, le gustaba jugar al héroe de vez en cuando, por mucho que le disgustara esa actitud sosa de personas aún más sosas.

Muertes innecesarias eran su taboo. No le gustaban, no le sentaban bien, las aborrecía y tendía a ser sincero con ello, porque en este mundo tan cruel en el que vivían ser un héroe debería ser la menor de sus preocupaciones.

De su derecha, de entre los árboles, surgieron más bengalas negras.

Félix las observó por un momento y se imaginó que en lugar de bengalas que anunciaban otro excéntrico, eran los vapores que salían de las habitaciones de baño en dónde solía sentarse a jugar con las burbujas, cuando apenas tenía seis años y la señorita Jovan le permitía a su madre bañarlo en dicha habitación.

Siempre había encontrado extraño el trato de los Jovan hacia su madre y él. Los nobles eran pedazos de mierda, eso lo sabía bien, pero los Jovan habían acogido a su mamá incluso aunque estuviera embarazada, y la comadrona de la señorita había ayudado en su parto, según le había dicho su madre. El único que era legítimamente imbécil en contra suyo era el hijo, Tomm, pero porque era un chiquillo insolente que creía que el poder de su padre lo liberaría de toda estupidez que cometiera. Lo que era cierto, en cierta medida.

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinWhere stories live. Discover now