61. De despedidas y silencios

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CAPÍTULO SESENTA Y UNODE DESPEDIDAS Y SILENCIOS━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

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CAPÍTULO SESENTA Y UNO
DE DESPEDIDAS Y SILENCIOS
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Los nervios que le carcomían no se comparaban en nada al incesante temblor que le sacudía las manos cada vez que trataba de ajustarse correctamente las correas del equipo de maniobras.

El atardecer estaba por comenzar, con el sol apenas y empezando a brillar color anaranjado con toques dorados que lamían los techos de Trost como si quisiera envolverla en un abrazo. Y todo estaba tan en silencio; no uno que tu considerarías prometedor, uno en el que encontrarías consuelo. Éste te asfixiaba, zarcillos invisibles que brillaban rojo y amarillo y naranja cerrándose alrededor de tu garganta con suficiente fuerza como para cortarte el aire, o se te metían por la nariz y la boca, y te impedían moverte del terror que sentías.

Félix se sentía así; con miedo bajándole en las venas y enfriándole el pecho, cada pensamiento suyo tornándose oscuro y malicioso, diciéndole que nada iba a salir bien y que terminaría igual que la vez anterior, con Erwin muerto en un campo de polvo y sangre y escombro, y que no habría manera de cambiarlo.

A ese punto ya sabía que Erwin no iba a quedarse, simplemente no iba a suceder por más que lo quisiera. Le temblaban las manos, y lo hicieron aún más cuando vio a Kenny acercarse por el rabillo de su ojo con Ymir por detrás, ambos luciendo increíblemente serios.

—¿Es hora?

—Mhm, van a empezar a pasar a los caballos al otro lado —el hombre mayor miró hacia un costado, hacia donde el territorio se extendía—. Tu y Ymir bajarán antes y se asegurarán de que los titanes de Hange estén en buen estado, y después darán un corto recorrido hacia las arboledas de enfrente. Necesitamos asegurarnos de que no hay titanes cerca.

—¿Y qué harás tu?

—Ah, Pixis dice que quiere hablar conmigo y con Erwin antes de partir —chasqueó la lengua, gruñón, y tiró una mala mirada hacia donde se veía a los dos Comandantes—. ¿Qué demonios querrá y por qué conmigo, uh?

Ymir rodó los ojos y le dio un puñetazo al mayor, y cuando Kenny se volvió hacia ella listo para devolverlo, la castaña se tiró por el costado del muro y descendió con un grito.

—¡Quizás le gustas, capitán!

Kenny gruñó y se llevó una mano al puente de la nariz, presionándolo entre sus dedos con molestia. Félix lo observó con una ligera sonrisa.

—Te molestas con facilidad —le dijo—. Por eso lo hace, le gusta verte enfadar.

—Mocosa irrespetuosa —murmuró el otro entre dientes—. ¿Y se supone que yo tenga que lidiar con eso cuando te vayas? Tch, renuncio entonces.

Félix rio un poco, su mirada desviándose a un costado cuando vio a Erwin hacerle señas. El Comandante estaba de pie cerca de Pixis a unos metros de ellos, sin sonreír y con el ceño ligeramente fruncido. Félix se volvió hacia su capitán y le dio un ligero golpe en el pecho, y le indicó con un gesto en la dirección donde se hallaba el rubio.

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon