31. Aferrados al pasado

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CAPÍTULO TREINTA Y UNOAFERRADOS AL PASADO━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

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CAPÍTULO TREINTA Y UNO
AFERRADOS AL PASADO
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No dejó de llover en toda la tarde y para cuando volvió al cuartel de la Policía Militar, tenía la ropa empapada y a Zoro quejándose por lo alto en un coro de relinchos y coceos.

Sus cascos golpeaban los adoquines con cada coceo y mientras lo dirigía hacia el establo, a salvo de la lluvia, el animal no dejaba de tironear de las riendas, ocasionando que Félix se resbalara sobre las húmedas baldosas cerca de tres veces.

A decir verdad, agradecía que hubiera llovido en el camino de vuelta, a pesar de que a su caballo parecía no gustarle el hecho. Estaba seguro de que tenía los ojos enrojecidos y de haber llegado así de vuelta al cuartel, se ganaría una buena burla de parte de sus nuevos compañeros. Ningún scout era un extraño a las lágrimas o la tristeza, y aunque algunos pocos preferían llorar en sus momentos a solas, otros perdían la batalla contra las lágrimas al término del momento y se dejaban deshacer ahí mismo, sin importar quien estuviera a su alrededor.

En la Policía Militar parecía no haber cabida para ello, mucho menos en el Escuadrón Interno.

—Oi. Volviste algo tarde.

Sus puños se apretaron un poco, inconscientemente, e incluso Zoro pareció percibir el lengüetazo de enojo que azotó duramente contra su jinete. Félix se quedó de pie mientras el caballo tiraba de las riendas una última vez, logrando zafarse del agarre del hombre, y se alejaba al trote hacia su designado sitio, meciendo las mojadas hebras de su crin aquí y allá.

A Félix no le hacía falta volverse para saber quién le hablaba, pero aún navegaba con extrañeza esa peculiar marea que era la Policía Militar, y a pesar de que Kenny se había mostrado comprensivo —conoció a tu padre no te fíes, él lo dijo, lo conoció, es un Ackerman, maldito maldito maldito ACKERMAN— aún no podía confiar plenamente en el hombre. Se volvió hacia atrás, a donde se encontraba el hombre de pie, con su vieja gabardina y el sombrero cubriéndole los cabellos del agua.

—Me entretuve hablando con una amiga, capitán.

Kenny chasqueó la lengua y se acercó a él. Olía a lluvia y a cigarro, y Félix casi se ahogó en el aroma cuando el mayor le pasó un brazo por los hombros y lo animó a andar con él, bajo la lluvia y hacia sus habitaciones en el edificio contrario.

—Deja eso de capitán, chico —le lanzó una filosa sonrisa, y los ojos color pólvora se le iluminaron cuando un relámpago cruzó el cielo de punta a punta—. Tu padre y yo éramos grandes amigos, así que puedes llamarme tío o algo parecido. Kenny si quieres, pero nada de capitán.

Le recordó a aquella vez en la que Erwin le pidió que fuera más informal con él, cuando aún despertaba de sus pesadillas creyendo que eran sueños. Se preguntó qué estaría haciendo el Comandante, a solas en su habitación con su única compañía siendo una silla incómoda, una pila de libros y un sillón destartalado.

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinWhere stories live. Discover now