74. A ti más que a nadie

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CAPÍTULO SETENTA Y CUATROA TI MÁS QUE A NADIE━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

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CAPÍTULO SETENTA Y CUATRO
A TI MÁS QUE A NADIE
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Querida Serena,

Lamento haberte escrito literalmente de la nada, pero lady Tybur me dijo que técnicamente no se me tenía prohibido tener amigos, y dado que ninguna de las personas que me rodean en estos instantes parecen querer ser amigos míos, se podría decir que finalmente reuní el coraje para preguntar por permiso y empezar una leve comunicación contigo. Espero que no te moleste, y espero que no creas que enviarse cartas sea algo pasado de moda, la verdad no estoy muy seguro de cuál es el medio de comunicación actual, si cartas o alguna otra cosa recientemente creada.

En fin.

Probablemente hayas escuchado acerca del conflicto en el que Marley está metido desde hace un mes, y si es así (que sería duro de ignorar debo de admitir), espero que comprendas también que la historia de la familia Ackerman me involucra directamente en dicho problema, porque hoy en día Ackerman es sinónimo de soldado (aparentemente) y se me ha solicitado que me enliste en un escuadrón para ‘acudir’ en ayuda de la nación. Reza por mí.

Espero no estar traspasando ninguna línea que hayas querido imponer desde un principio, pero la necesidad que siento de aferrarme a algo en este momento me empuja a acercarme a la poca gente que conozco por más breves que sean, como lady Tybur y tu lo son. Me encantaría ser tu amigo y te agradecería que pensaras lo mismo de mí.

Los mejores deseos, Félix Ackerman.

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Había cosas que a veces a Félix plenamente no le gustaban, como el sol. O la temperatura que el sol ocasionaba durante esos pocos meses entre la fragilidad del otoño y la suavidad de la primavera, cuando podía hundir la cabeza en las claras aguas del lago en la propiedad de los Jovan, o cuando podía pasar tiempo recostado bajo la sombra de un árbol. Incluso cuando ingresó a la academia, su desfavorable sentimiento hacia el calor solo pareció aumentar, sofocarlo más.

En Marley no era distinto, excepto que en Marley había estado metido en una mansión, hundido hasta el cuello en una bañera, y a pesar de que en Paradis el clima había sido igual de insoportable, al menos allá era tolerable. Aquí no, en donde quiera que este lugar perdido fuera, no.

—¿Cómo te sientes?

Félix ladeó el rostro, su labio tirando en una mueca, y observó al comandante acercarse hacia él por su izquierda, su rostro ligeramente sereno pero no por ello menos austero.

—¿Mhm? —su voz arrastró las palabras un poco con lentos parpadeos como acompañamiento—. Oh, estoy bien.

El comandante se detuvo a escasos pasos de él, dando un lento vistazo a su alrededor. Félix entrecerró sus ojos para poder ver qué clase de expresión tendría en el rostro, y solo consiguió darse cuenta de que el mayor parecía cargar con algo en sus manos, pero los rayos del sol delineaban la figura del hombre, y le ensombrecían el rostro. Félix se volvió al frente con un gruñido.

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinWhere stories live. Discover now