30. Sincero contigo

1.2K 187 336
                                    

CAPÍTULO TREINTASINCERO CONTIGO━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

CAPÍTULO TREINTA
SINCERO CONTIGO
━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

El sol entraba a raudales por la ventana aquella mañana.

Hacia días que no sentía la calidez del sol sobre su piel, y en más de una ocasión Levi le había dicho lo pálido que se encontraba tras los pocos días que se encontraba en cama, escondido del mundo exterior con la excusa de recuperarse apropiadamente.

Comenzaba a sentir las piernas acalambradas, y en las pocas ocasiones en las que había podido ponerse en pie, caminar le resultaba otra tarea un tanto más difícil. Perdía el equilibrio y según Hange, sería algo normal hasta que su centro de equilibrio se acostumbrara al peso faltante en su costado derecho.

A veces, los dedos le hormigueaban por las ganas que tenía de leer algo, o de escribir algún reporte. Ese tipo de tareas las había tenido que relegar a alguien más mientras durase su recuperación, aunque el doctor se confiaba mucho de que no tendría que ser por mucho.

Erwin se sentía infinitamente agradecido por eso.

Hubo un suave toquido en la puerta que atrajo su atención desde el cielo azulado tras la ventana hacia ella. El día se le hacía precioso, y no había cosa en este mundo que Erwin no daría para poder ir allí fuera a echar un vistazo al menos.

—Adelante.

La pesada puerta chirrió un poco al abrirse, pero lo que se hallaba tras ella le sacó el aliento de súbito.

Volvió a sentirse como aquel día, cuando despertaba una mañana y era Levi quien se encontraba ahí para informarle que no solo había perdido su brazo derecho en verdad, si no también a uno de sus hombres de confianza.

Sus ojos se abrieron ligeramente, siendo incapaz de despegar la mirada de él mientras Félix ingresaba a la habitación con una incomodidad palpable en sus hombros. La puerta chirrió otra vez al cerrarse a sus espaldas, y de repente la habitación se le hizo sofocante.

Félix permaneció de pie junto a la puerta, dubitativo. Llevaba puestos unos pantalones oscuros y una camisa blanca, desabotonada en la parte superior que dejaba entrever una ligera marca en su clavícula.

Se preguntó si quizás había tenido un accidente.

El azabache suspiró, y alzó el rostro para mirarlo por fin.

—Hey —cuando sonrió, le pareció una eternidad desde la última vez en la que vio aquella sonrisa en ese rostro. Había un deje de incomodidad en ella también—. Lamento llegar tarde, Comandante Erwin.

Erwin tragó saliva pesadamente y se enderezó más en su lugar, sintiendo el colchón hundirse bajo su peso. Se tomó un momento para examinar al otro; Félix se veía igual que todos los días buenos, con su cabello igual de desordenado y sus ojos brillantes como una piedra preciosa, la sonrisa tirando de sus labios hacia los lados. Se veía tan normal que por un momento su mente le jugó una mala broma y le hizo creer que todo estaba bien.

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinWhere stories live. Discover now