67. Propuestas indecentes

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CAPITULO SESENTA Y SIETEPROPUESTAS INDECENTES━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

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CAPITULO SESENTA Y SIETE
PROPUESTAS INDECENTES
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—¡Willy!

El poco ruido que había existido dentro de la sala se extinguió en un segundo, y cuando Félix se giró para observar a las personas presentes durante su juicio, se encontró con que los rostros que en algún momento le habían mirado con miedo y apatía, ahora sonreían, o se destensaban, o perdían esa chispa de hostilidad para ser reemplazada con comodidad.

Una de sus cejas se arqueó levemente e internamente se cuestionó qué tenía este hombre que no tuviera él para ocasionar tales reacciones.

—Lamento interrumpir de esta manera, señor Wright, no era mi intención.

El hombre barrigón se rio con ganas y el sonido hizo eco en el interior de la sala, animando a otros pocos a reírse con él. La mujer que le había estado mirando con asco ahora sonreía también, y en sus ojos había aparecido una pizca de calidez que le revolvió el estómago.

—No te preocupes por eso, muchacho —exclamó el barrigón con calva de Pixis—. Estaba preguntándome cuándo decidías a aparecerte.

Félix se volvió a tiempo para ver al tal Willy sonriendo con simpatía, una curva ahí en sus labios apenas presente que le erizó los vellos de la nuca cuando el hombre rubio se giró hacia él.

Fue como si alguien perteneciente al círculo íntimo de los nobles lo mirara, excepto que los nobles de su pequeño enjaulado mundo jamás le habían parecido exactamente peligrosos. No eran más que señores asustados con poco poder, el suficiente para hacer daño, pero… Este hombre, Willy, era distinto.

Estaba ahí en su expresión, abierta como un libro pero con una máscara, tallada a piedra pero sensible, con una sonrisa simpática y mirada que daba a entender la gentileza que se ocultaba en el hombre. Félix no dudaba exactamente de sus ojos, no cuando estos parecían demostrar cuán genuino sentía por estas personas.

Pero había algo ahí en la orilla de su mente, orbitando a solo centímetros de que lo entendiera…

—¿Este es el chico de Paradis, señor?

Félix lo miró deprisa, entrecerrando ligeramente sus ojos a pesar de que apenas y podía ver algo con el herido.

Esa aprehensión que sentía en la boca del estómago lo tomó en un fuerte agarre, estrujando sus tripas con dureza. Félix se removió en su lugar para quedar de frente al tal Willy e intentó sonreír, aunque sentía los labios algo tiesos y el rostro de piedra.

—Ah, sí —el barrigón hizo un gesto hacia él con una de sus manos—. Félix Ackerman, Willy. Estaba respondiendo varias preguntas antes de tu llegada.

—Un Ackerman, ¿uh? —murmuró el rubio, mirándole con curiosidad—. Pensé que eran un mito.

—Tu y toda esta bola de payasos, Rapunzel —su boca por supuesto que se movió antes de que su cerebro lo pensara adecuadamente, aunque la sonrisa que le regaló tras el comentario era enteramente apropósito—. No te creas tan especial.

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinWhere stories live. Discover now