Escena piloto.

54K 3.6K 1.7K
                                    

Aquí vamos de nuevo, espero les guste esta nueva versión de la historia. Me entristece que las joyas de comentarios que habían dejado antes desaparecerán, en verdad me he divertido mucho con todos ellos, pero esto es por un bien mayor. Espero vuelvan a compartirlos jaja. Que tengan buena lectura, los quiero (Inserten emoji de corazón negro). 

———

Mis ojos parpadearon como si de eso se tratara mi existencia. Ella se encontraba plácidamente dormida sobre su cama y pude sentir cómo algo dentro de mí se encendió al verla.

Me parecía tan hermosa, que no podía apartar la vista de ella. ¿Cómo era aquello posible? Mi mente intentaba darle una respuesta racional, pero parecia algo inútil... Lo fue hasta que las neuronas de mi cerebro se conectaron y logré descifrar el misterio.

Busqué acechante con la mirada en cada rincón cercano, sintiendo la ira recorrer cada particula de mi ser. Debía encontrar aquel único culpable. ¿Se pensaba gracioso? Yo le enseñaría un nuevo significado del concepto. Le castigaría con el dolor de los mil infiernos por semejante acto estúpido.

—Juro que en cuanto te vea, te arrancaré esas ridículas alas de pájaro mal parido que mutan de tu espalda—musité.

Esto sólo podía ser obra de Eros.

Ella gimió un poco, moviéndose de aquella cómoda posición para pasar otra.

Me congelé, carajo.

Y ahora no podía admirar aquella belleza que poseía en ese angelical rostro. Mi corazón empezó a palpitar con fuerza, era como si algo me gritara con desespero "acércate, idiota". Y como me caracterizo por ser un hombre particularmente obediente a mis instintos, fue inevitable caminar hacia ella. Lo hice con suma lentitud y cuidado. Pudo haber sido un momento perfecto, pero iba tan embelesado en ella que no me percaté de aquella ruidosa bolsa de frituras que, por accidente, pisé.

Mi er da.

Alcé la mirada de golpe hacia ella.

Despertó.

Coloqué las manos en lo alto, advirtiendo que iba en paz.

—Tranquila, esto no es lo que parece.

Su mirada llena de terror me miró un simple segundo, antes de tomar gran cantidad de aire y ... gritar.

—¡Lilaaaaaa!

Pronto me encontré frente a ella, sellando su boca con mis manos. En ese momento, no pude imaginar la magnitud de lo que significaría ese acto tan simple, tan nada.

Sentí cómo cada parte de mí se vestía de un emocionante sentimiento. Era mágico e inexplicable. Sentía chispas brotar, como si fuese una vengala. Imaginé cómo un humo rosado con corazones flotantes se expandía a nuestro alrededor y el dulce olor a bombones apareció fascinante.

Puto Eros.

Lo mataría a sangre fría con mis propias manos.

—No grites, es sólo una confusión. Quitaré mis manos pero te mantendrás en silencio —pronuncié lento para que lo entendiera fácilmente, con aquella ronca y gruesa voz que me caracterizaba.

Sus expresivos y hermosos ojos vestidos de un café claro me miraban con terror, pero decidí confiar en ella. A fin de cuentas, yo podría darle todo a esa mujer. Hasta mi inmortalidad.

Aparté las manos.

—¡Lila! —gritó una vez más en cuanto mis manos se deshicieron de aquellos antojables y deliciosos labios rosados.

Mi ceño se frunció inmediatamente y volví a cubrir su boca en un rápido movimiento.

—Carajo, niña. ¿Acaso te hablé en otro idioma? Pedí que no grites. Nicht schreien. Dont' scream. Ne crie pas. Não grite, 不要尖叫...O lo que sea que prefieras.

El Olimpo: HADESWhere stories live. Discover now