27. El crimen y las fuerzas del mal.

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El Olimpo nos acogió con sus grandes puertas abiertas. Las cosas parecían estar siendo controladas en la tierra, pues se sentía ese clima de calma por los aires.

—Jade...

Ambos giramos hacia él. Inmediatamente, una sonrisa inundó el rostro de mi chica y corrió hacia sus brazos.

Alto, alto. ¿Disculpen? ¿Desde cuándo eran tan amigos? No me quedó más que apretar mis puños al ver la consumación de ese emocional abrazo.

—Te extrañé, Posy.

—No tienes idea de cuánto te extrañé yo, Jady.

Fruncí mis labios, arrugé el gesto.

—Posy, Jady... ¿pero qué carajos?

Mis palabras salieron en un susurro, no obtuve su atención. Aquel par en verdad estaba muy ocupado en sus asuntos.

—Ya suéltala—dije, al borde del desespero mientras ellos aún se abrazaban.

—¿Cómo han estado? —Jade me ignoró por completo, pero al menos ya no estaba pegada a él como un chicle masticado.

—Ha sido difícil, he tenido problemas con mis dones. —Suspiró—. Pero creo que pronto se arreglarán.

—Así será —Lo alentó Jady. Mierda, quise decir Jade.

—Hades, Poseidón... —Hestia llegó a nuestro lado, miró a Jade—. Cosa horrorosa.

Jade frunció el ceño.

— Te golpearía si no fueras una Diosa que puede fácilmente acabar conmigo.

—Qué bueno que lo tengas claro, nena.

—Déjala en paz, Hestia —La defendí como el amor de su vida que soy.

—¿Ya regresaron tus poderes? Necesitamos ir todos a la tierra. Nos han alertado de un par de sismos fuertes que se avecinan, tres de ellos ocasionarán tsunamis.

—Me encargaré. —Señaló Poseidón.

—¿Y yo qué haré?—preguntó Jade.

Y la entrometida de Hestia respondió:

—Solo estorbo, cariño.

—Ya déjala, o juro que te arrepentirás.

—No te tengo miedo, Hades.

—Ya veremos si no... —Me acerqué hacia ella peligrosamente, quien ya estaba lista para atacarme, al menos hasta que Poseidón acabó con la diversión, colocándose entre medio de ambos.

—Basta, canalicemos nuestra energía en arreglar al mundo.

Deméter apareció a nuestro lado.

—Poseidón, ¿tienes tus dones listos? Debemos irnos, los tsunamis se aproximan.

Poseidón cerró sus ojos, mostrándose sumamente concentrado hasta que, poco después, esbozó una gran sonrisa.

—Todo listo, vámonos.

—Suerte Posy, patea muchos traseros malos —Lo alentó mi novia.

Él le sonrió y desapareció junto a Demeter. Dirigí bruscamente mi molesta mirada hacia Jade.

—¿Qué mierda fue eso? ¿Desde cuando son tan amigos?

—Pasamos un considerable tiempo juntos los dos solos. Además, es verdaderamente agradable, y es tu hermano, ¿cuál es el problema?

—Si, Hades, ¿Cuál es el problema?—Se burló Hestia justo antes de partir y desaparecer.

—Jade... —Le advertí.

El Olimpo: HADESWhere stories live. Discover now