32. Papito.

10.6K 934 406
                                    

Iniciaremos con un rápido cuestionamiento:

¿Cómo se le llama a las personas más estúpidas del mundo? Esas que no logran hacer nada bien.

Bueno, yo conocía a muchas de ese tipo.

¿Cómo vivir cuando en tu corazón hay un vacío muy grande? Cuando te hace falta algo importante, algo que sabes que no volverá. Algo que verdaderamente amas.

No sé si esa pregunta tenga una respuesta.

***

Segundos antes de querer abandonar el Olimpo rumbo a lo que sería nuestra cita con papito, Eros nos abordó. Se veía agitado y decidimos detenernos para escuchar lo que tenía por decir.

—Creo que encontré el remedio.

Los tres le miramos colmados de confusión.

—Explícate —solicité sin intender una mierda.

Eros tomó un gran suspiro antes de hablar.

—Creo poder tener una solución efectiva a su problema amoroso.

Unimos nuestras cejas en un claro gesto de confusión.

—¿Qué dices? —curioseó Poseidón, acercándose a él con gracia.

—Probablemente pueda deshacer el amor que sienten por la mortal Jade.

Un silencio sepulcral nos envolvió, y es que, ¿en verdad queríamos que eso sucediera? Yo claramente sentí que no, ninguno.

—¿Y qué pasará entonces?—pregunté lo obvio, sin concebirlo.

—Nada especial, lo único que cambiará será el hecho de no derretirse y sentirse sobre las nubes cada vez que la ven o escuchan.

—¿Y por qué querríamos no sentir eso?—preguntó Pos, teniéndo mi misma duda.

Eros nos miró desorbitado.

—Bueno, supuse que eso es lo que desean.

—Inténtalo —ordenó Zeus, con toda la intención de partir sin más.

—Espera —solté de golpe—. ¿Solo así?

—Sí, solo así, Hades —respondió él mismo.

—No lo sé... —vaciló Poseidón, se veía y escuchaba dudoso.

—También me causa algo de conflicto la idea —confesé.

—Reitero, solo es una teoría que tal vez podría funcionar —agregó Eros para no crear "falsas esperanzas".

—Tenemos que asistir a una maldita guerra. Eros, intenta tu brujería. Y ustedes dos... —Zeus nos señaló a Poseidón y a mí—, vámonos.

Sinceramente, yo no creí en la palabra de Eros.

Si él no lo había hecho, no tendría la capacidad de revertirlo. Era así de simple. Por lo que decidí no pensar en ello; ignorarlo era mi mejor carta.

Nos dirigimos hacia el Mar Caspio. Por alguna razón, Zeus estaba seguro que ese sería el lugar en el que nos encontraríamos con Crono. Le importaba una mierda decirnos cómo lo sabía, últimamente se limitaba a una misma frase, como si su léxico no incluyera otras palabras:

—Apolo lo mencionó en la profecía.

—¿Y cómo se supone que lo contactaremos?

—Hades, ¿podrías confiar en mí por un momento?

Detuve el paso y achiqué la mirada tratando de pensar si eso era posible.

—Mm, no. No puedo.

E inicié el paso junto a ellos una vez más mientras él soltaba un largo suspiro.

El Olimpo: HADESWhere stories live. Discover now