Kaylee; Entre Nosotros [TERMINADO] (COMPLETA)

.Oscuridad. Diecisiete de noviembre (25 meses)

Gritos, oigo gritos al otro extremo del lugar.

Me levanto dificultosamente, aferrándome a las paredes hasta sentir que estoy algo equilibrada para comenzar a caminar. En realidad, no sé si estoy realmente caminando, más bien me hallo arrastrando mis pies porque ni siquiera tengo fuerza para levantarlos.

Hoy hemos estado escuchando muchos ruidos en la planta superior, creo que son sus amigos.

La mirada de Caitlyn se me clava como un puñal; tiene los ojos rojos por la falta de sueño y el llanto.

Han abierto la puerta, pero esta vez, no van con sus caras tapadas, todos visten igual y se acercan a ambas.

¿Son sus amigos?

Tenemos miedo.

—Estáis a salvo —nos dice uno de ellos—. Volvéis con vuestras familias.

Una mujer saca un pañuelo del bolsillo al verme sonar los mocos en mi camiseta. Estoy volviendo a sangrar.

—Gracias —balbucito—. Es muy amable de tu parte.

Acepto el pañuelo y me sueno la nariz tratando de no hacer ningún sonido. El hombre no puede oírme. Luego se lo devuelvo a la mujer en un gesto indeciso.

Quedármelo sería robar... ¿No?

—¿Dónde está? —pregunto, mirando hacia la puerta.

Él jamás la dejaría abierta.

¿Qué van a hacernos? ¿Tocarán a Caitlyn? ¿A mí?

No creo tener fuerzas para soportarlo.

—¿M-mamá? —tartamudea Cait a mi costado cuando una mujer aparece ante nuestros ojos, una más de tantas—. ¡Kaylee, es mi mamá!

Ambas estamos algo sucias y... la limpieza es fundamental.

El Hombre se enfadará con nosotras.

Tenemos que asearnos.

—Caity, tenemos que limpiarnos, él puede volver.

Ella me agarra de mi brazo y me zarandea señalando a dicha mujer.

—No, ella es mi mamá —verbaliza. ¿Mamá?— Han venido —Me sonríe—. ¡Lee, han venido a por nosotras!

Caitlyn y yo nos miramos y lloramos. Supongo que es de emoción o de agotamiento, no lo sé, pero no puedo llegar a creérmelo. Había perdido todo tipo de esperanza que me indicara que volvería a mi vida.

¿Han venido? ¿Y por qué papá no está aquí?

Uno de ellos, me tiende una manta sobre mis hombros y me dice que todo irá bien.

Todo se vuelve oscuro.