Capítulo 3. Nadie la conoce

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JACE

No estés a solas con ella.

Respiro con fuerza y cruzo mis brazos sobre mi pecho mientras fulmino con la mirada a Dry.

Nadie la conoce.

Entro al piso que comparto con Dry, viendo a la escandalosa multitud en el salón, no sin antes dar un último vistazo a la puerta que me separa de la chica.

Asustada, sonrojada, pequeña y frágil, así es cómo se ve, y el instinto en mí surge de inmediato.

Debo asegurarme de que se siente a salvo.

No estés a solas con ella.

Entro directamente en mi habitación, rodeando la esquina por el salón, notando a la chica que había invitado y casi olvidado.

Prometí que terminaría mi trabajo interrumpido con ella.

Cierro la puerta tras Alice, y se sienta en medio de la habitación, a horcajadas sobre mi cama... Completamente desnuda.

La mayoría de las mujeres esperan instrucciones, Alice no.

Eso me gustó de ella cuando la conocí.

—Ven aquí.

Flexible, abierta y lista para mí.

Me gusta cuando obtengo todo tan bueno como lo espero, cuando una mujer muestra el fuego en vez de quedarse sentada sin hacer nada.

Entrecierro los ojos, acercándome a sus labios mientras sus pies están extendidos con zapatos de tacón alto.

Me desnudo, sacándome la ropa y arrojándola al suelo. Paso mi pulgar sobre la punta, limpiando el semen que es solo una pequeña cantidad de lo que está pidiendo salir y, Jesús, envuelvo mi mano alrededor de mi miembro, sintiéndola latir y pulsante a medida que se vuelve más gruesa al pensar en ella.

Había estado graciosa.

Suaves manos corren sobre mis hombros mientras Alice se acerca por detrás de mí, de pie.

Gruño, sintiendo sus manos acelerarse y entonces, se inclina enterrando sus labios en mi cuello.

—¿Me has extrañado? —susurra, besando un sendero sobre mi mandíbula—. ¿O estás pensando en otra?

Inmediatamente, me enderezo, mirándola a los ojos.

—Sabes que tú y yo ya no estamos juntos.

—Tal vez no... Las tímidas tienden a ser las más malas, después de todo... Apostaría a que Dry sabe de lo que hablo.

Coloco una mano debajo de su mandíbula, deteniéndola. La aparto y deja escapar un resoplido.

Sus ojos miran de un lado a otro, vacilando disgustada.

Me inclino hacia el suelo, recogiendo los pantalones que había tirado allí. Deslizando mis piernas, los subo.

—He sido paciente tanto tiempo... —asegura.

—No. Yo he sido paciente. Tú has estado con tus padres, bañada en dinero —recuerdo, tajante—. No vamos a volver, Alice.

Extiendo la mano para agarrar suavemente sus brazos y el deseo me recorre.

Quiero tener una mejor visión de ella.

Arrastro los dedos sobre sus hombros mientras se engruesa mi polla dolorosamente.

—¿Qué harás con ella? —pregunta, mientras jadea—. Vi cómo la miras.

Sus labios rosados están solo ligeramente separados.

—¿Qué es lo que quieres que haga?

Una risa se escapa de su garganta.

—¿Yo?

Me inclino más cerca de Alice, inhalando el ligero aroma de su piel

—Aprenderá a confiar en mí —respondo—, a depender de mí.

—¿Como hizo Maya? —pregunta.

Le conté de ella y Alice se hizo su propia historia.

—Como hizo Maya. Y tú, —Golpeo su nariz—. Vas a ayudarme.

—¿Cómo?

Sosteniendo sus muñecas, golpeo la parte inferior de su pecho izquierdo y luego el del derecho, con la palma de mi mano, mientras que Alice empieza a gemir con más fuerza.

—Acercándola, poco a poco a mí. Solo espera.

Su respiración es trabajosa y sus ojos hacen un gesto de placer.


Kaylee; Entre Nosotros [TERMINADO] (COMPLETA)Where stories live. Discover now