Capítulo 32. Todavía no ha terminado

1 0 0
                                    

-3 años después-

—Señorita Stone, ¿ya ha recogido todas sus cosas de la habitación?

—Sí, Cat.

—Tome. —Ella me dedica una sonrisa y me entrega una bolsa—. Aquí tiene todas las pertenencias que trajo su padre de usted al venir... —Se acerca a mí y me abraza—. ¿Está segura que no quiere hablar o avisar al señor Stone?

—Segura. Muchas gracias por todo.

Deborah alegó en mi contra, me impuso una demanda poco después de que yo me fuera de New Haven y les contó que yo había tratado de matarla. Según el informe policial, tenía marcas de manos en su cuello y hematomas por todo el cuerpo. Cuando ella apareció en el hospital, no tuve nada a mi favor. Jace estaba muerto, no había pista de adónde se había ido mamá, y los informes de la Dra. Estelle decían que estaba en un trance alucinatorio debido al trauma que había sufrido por haber descubierto el psicópata que tenía como novio y por los abusos que había sufrido en mi secuestro. Solo O'Shullivan, Evan, Caitlyn y Ted dieron su testimonio a mi favor, pero no sirvió de nada. A Ted lo consideraron nulo, igual que a Caity, y a Evan y O'Shullivan no los tomaron en cuenta.

—Pues... únicamente me queda decirte que, a partir de hoy, empieces a ser feliz y cumplas todos tus aspiraciones.

Frunzo mis labios formando una muy pequeña sonrisa.

—De eso no estoy tan segura —suspiro y me dirijo hasta la puerta de salida de la clínica mental—. Adiós, Cat...

Ella se despide con la mano.

Me alejo tomando una gran bocanada de aire y quedándome frente al sol por unos minutos, disfrutando de lo que se siente tenerlo sobre mi piel, y no ver a cada minuto las cuatro paredes blancas donde he estado encerrada.

Levanto mi mano llamando a un taxi y me subo en él.

—¿Cuál es su destino? —me pregunta una voz que creo conocer.

—¿Evan?

—¿Kaylee?

Gira su rostro para mirarme quedando con la boca totalmente abierta. Su pelo caoba está mucho más largo que la última vez que lo vi, se ha dejado barba y tiene unas arruguitas casi imperceptibles en sus ojos.

—Al aeropuerto.

—¿Te vas? —trata de averiguar, poniendo rumbo a mi destino.

Toco nerviosa la carta que sustento entre mis manos.

—Sí... ¿Qué tal todo? ¿Cómo te ha tratado la vida?

—Ya ves, mi futuro se fue a la mierda en el momento en el que la prensa apareció frente a casa para atosigarnos por lo de la muerte de Jace. Me era casi imposible andar sin tener a un periodista pegado a mi culo, y en los periódicos del pueblo empezó a circular que la nieta de la alcaldesa había sido internada —contesta—. Aunque la peor parte fue en casa. Mi madre me hizo la vida toda una tortura por decir lo que sabía y había visto, y tuve que irme con lo que llevaba encima.

Le pidieron que se posicionara a favor de su madre, como mi padre hizo, y su respuesta había sido no. Un indudable no que le había creado miles de problemas con su familia.

Puedo imaginarme las discusiones que debió presenciar, las palabras abrasadoras de su madre, como si yo hubiera estado allí. Y aunque Evan no lo diga, también puedo ver el dolor que eso le causó.

—Dios mío, Evan, lo siento.

—No importa, de todas maneras nunca pertenecí a esa familia. ¿A dónde te vas?

Kaylee; Entre Nosotros [TERMINADO] (COMPLETA)Where stories live. Discover now