Capítulo 26. Silencio

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Tres días después de haberlos escuchado, casi ni los vi —a excepción de las comidas— y ambos actuaron como si jamás hubiese ocurrido nada. Papá estuvo hablando conmigo toda la mañana de hoy y me preguntó cómo había sido todo allí, cosa que ya le había contado en las llamadas que habíamos efectuado cada día. Mientras, mi abuela permaneció encerrada en su despacho sin interesarse lo más mínimo en mí ni de nadie, así que, le pedí a Deborah que le dijera a mi abuela que cuando tuviera un momento libre, se acercara a mí. Por la tarde Evan me pidió que lo ayudara a limpiar el coche, algo que sin duda alguna me favoreció para mantener mi cabeza aislada del nerviosismo de la espera de la llamada de la decana O'Shullivan, hasta que al tocar el vehículo, una visión de esas extrañas me cubrió mostrándome a una niña rubia pequeña y preciosa pero rodeada de...

¿Hombres?

No lo sé.

No soy capaz de distinguir esas sombras negras que la cogen, mas sé que no es buena señal.

La mayoría de mis visiones se han hecho realidad de forma metafórica o literalmente, aunque, lo del lobo, lo del niño y lo del disparo de Jace no han sucedido.

—Pásame la esponja, Lee... ¡Oye, Lee! —me dice Evan.

—Ay, lo siento...

—¿Qué hacías? Te has quedado como empanada —Se ríe—. ¿No has dormido hoy tampoco?

Sonrío dándole la esponja para que enjabone los cristales.

—No mucho...

—Evie y yo se supone que vamos a salir esta noche a tomar unas cervezas con algunos chicos, pero lo puedo cancelar si necesitas que me quede alrededor.

—No, está bien. Ve.

—Podemos mirar una película o algo si sigues despierta.

Sonrío.

—Eso estaría bien.

—Y respecto a lo de la otra noche... Lee, sé que estás enamorada de Jace, y nunca me interpondría entre los dos.

—Gracias —le digo, pensando que necesitaba decírselo.

Su expresión se suaviza.

—Y perdóname si alguna vez te he hecho daño.

Paso varios mechones de pelo tras mi oreja al tiempo que aclaro mi garganta.

—No, claro que no. No hay nada que perdonar porque sé que tú nunca me harías daño.

Mi mirada se alza a la suya y ahí está, otra vez, ese algo que vi aquel día en el roble. Inclina su cabeza y de la nada un nudo se forma en mi pecho.

Kaylee; Entre Nosotros [TERMINADO] (COMPLETA)Where stories live. Discover now