Capítulo 19. ¿Diarrea? No va a funcionar

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—No puedo perderlo, Lee...

—¿Pero qué hiciste? Jace parecía muy cabreado.

—Un poco antes de que empezaran las clases de nuevo, quedamos en volver a vernos en octubre... Y cuando llegó el momento, él prometió que vendría a recogerme en coche al aeropuerto la noche anterior, pero... pero... antes de que cogiera el vuelo me dijo que no podía porque tenía unos asuntos importantes y que me esperaría en su apartamento. Fui hasta allí y estuve esperándolo durante una hora —solloza—. Lo llamé y su respuesta fue que no me podía ver hasta mañana porque lo que estaba haciendo le iba a tomar más tiempo de lo planeado... La excusa que metió fue que les habían puesto un trabajo a él y a una chica. ¡Estaba con una chica! —¿Se refiere al día en que Jace y yo debimos quedarnos en la cabaña? ¿¡Tenía novia!?— Seguro que con Alice McGregor... Voy a arrancarle todos los pelos de su cabeza uno por uno...

—A mí tampoco me cae demasiado bien... —susurro para mí misma.

—¡Seguro que se acostó con ella! Me entró mucha rabia y me fui a un bar cerca de la Facultad. Allí encontré a uno de sus amigos y... Una cosa llevó a la otra. Me desperté en su cama. ¡Maldito hijo de Perra! No tardó ni dos segundos en correr e ir a contarle a su mejor amigo todo... ¡Dry siempre me odió! Y cualquier cosa le serviría para separarme de Jace.

—¿Dry? ¿Dry es hermano de Jace?

—Sí... Bueno, no... Esa garrapata mal nacida. —Se levanta tambaleándose como si estuviera ebria—. ¡Sería capaz de hacer cualquier cosa con tal de recuperar a mi amor!

—¿Estás bebida?

—No... Pero ya sabes... El azúcar nunca me sentó bien y es el quinto tarro que me como. —Sonríe como si una bombilla se le hubiera encendido en la cabeza y me entrega el helado y la cuchara—. Come un poco, Lee, estás muy delgada. —suspira—. Ayúdame a recuperarle, por favor. —Hace el gesto de súplica con sus dos manos—. Porfis.

Alzo mis cejas.

—¿Qué quieres que haga?

Maya sonríe satisfecha para después acercarse a mí y abrazarme.

—Sabía que tú jamás me traicionarías.

Si supiera la verdad...

Me agarra de la muñeca haciendo que tanto el helado y la cuchara se me caigan al suelo y me guía hasta mi habitación.

—¿Cómo sabías que esta es mi habitación? —pregunto, desconcertada.

—Es el mismo apartamento de Jace pero invertido, y te conozco lo suficiente bien como para saber que jamás escogerías el cuarto en el que su ventana da a la parte trasera y por donde se ven los contenedores de basura... Yo al menos no lo elegiría. ¿Tienes vestidos?

Oh... Pues sí... Tiene razón.

Le señalo la puerta del closet más alejada de la entrada y ella lo abre indagando en este. Me lo desordena y después de tanto buscar y criticar mi estilo de ropa, elige dos conjuntos. Un vestido negro totalmente ajustado y con escote de corazón —que me metió Evie mientras hacía mi maleta— y uno granate que no es ni apretado ni suelto y con manga offSholder y con unas tiras en el hombro.

Ambos llegan hasta la mitad del muslo.

—Ponte este.

Me entrega el granate.

—Maya... ¿Qué estás tramando?

—Hoy los chicos de futbol americano suelen celebrar el inicio o el fin de no sé qué idiotez en un restaurante cerca de aquí, y allí estará Jace. Apareceremos y seguro que Bayron, uno de los jugadores, nos ofrecerá que nos sentemos junto a ellos. —Ladea su boca y deja escapar una risita—. Yo me colocaré al lado de Jace. Él adora los vestidos negros ajustados. —Desvía sus ojos hacia el cielo—. Cuando me vea, lo tentaré.

Kaylee; Entre Nosotros [TERMINADO] (COMPLETA)Where stories live. Discover now