Capítulo 29. Conociendo una verdad

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Salgo del edificio de O'Shullivan junto a Jace, el cual me mira con preocupación.

—¿Todo bien?

—Tengo que hablar con mi madre.

Me aterra saber su versión. Me aterra sentir que puedo llegar a acercarme a ella... Me aterra estar cerca de mi madre.

—Ven aquí...

—¿Qué?

Jace me sonríe y me atrae a su cuerpo rodeándome con sus brazos. Meneo mi cabeza siendo incapaz de sostener mis lágrimas y sollozo contra su pecho.

Él me levanta la cabeza con ambas manos.

—Todo irá bien, princesita. —Él ladea su labio y acaricia mi mejilla—. ¿Me permites llevarte antes a otro lugar? Juro que será una pequeña parada.

Y antes de que pueda contestar, coge mi muñeca y me monta en taxi. Tras un corto viaje, llegamos a un escampado, donde nos deja y nos bajamos. Desde aquí se ve la granja del tío de Jace.

—¿Vamos a hacer escalada? —inquiero, frunciendo el ceño.

—Wow, no... Por supuesto que no...

Se quita la gorra y me la pone a mí.

—Entonces... ¡Oh, no! Espera, ¿no será... la cima de la que le hablaste a Eilán?

Jace sonríe ampliamente y me rodea por la espalda.

—Estás en lo correcto —susurra en mi oído.

Noto el sol cálido en la espalda, los rayos atravesando el algodón de mis pantalones y hace que me cosquilleen los muslos. Una brisa fresca se levanta detrás de mí, y me echa el pelo a la cara.

Abro mis brazos y chasqueo mis dedos.

—¿Por qué me traes aquí?

Jace murmura algo y después me toca el pelo, inclinándose hacia mí. Enreda una de las manos en mi mechón y la otra la posa firmemente en mi hombro.

—Necesitaba decirte algo antes de que vayas en búsqueda de tu madre. —Respira como si hubiera corrido treinta kilómetros, y me hace darme cuenta de lo importante que es mi respuesta para él—. Lo siento.

Interpongo una mano entre nosotros.

—Ya lo dijiste antes.

Aparto la mirada y me echo hacia atrás.

Silencio.

Le echo varias miradas por el rabillo del ojo, preguntándome si soy yo la que debería decir algo. Se queda quieto, como una estatua, con los ojos fijos en el cielo de la cima. Ni siquiera parpadea.

—No, no por lo de Maya...

Las puntas de su cabello se alzan.

Me está mirando a la cara, esperando algo más que un gesto de asentimiento.

—Jace, ¿pasa algo?

—Por tu madre.

—¿Mi madre? —musito.

—Ella me contrató para cuidarte. —Sus palabras logran apagar el zumbido de mis oídos, me obliga a mirarlo a los ojos que desenfocan sus rasgos—. Esta vez no voy a huir.

—Mi madre te contrató...

Y entonces, cuando yo llegué, apareció mi vecino... Una parte de mí no puede evitar pensar que con él siempre será demasiado tarde.

Me rodeo con mis brazos y dejo de parpadear.

Si confiase en mi propia voz, le hubiese rogado que no dijera nada más, y ojalá no tuviese que volver a verlos a ninguno jamás. Pero me siguen importando, el dolor en mi corazón es prueba de ello. Sin embargo, el dolor no deja cicatriz, el dolor puede curar antes de permitir que me destroce. El dolor siempre tendrá la oportunidad de sanar, el ahora es la prueba de ello.

Kaylee; Entre Nosotros [TERMINADO] (COMPLETA)Where stories live. Discover now