Capítulo 11. No me gustan estos juegos

3 0 0
                                    

Caitlyn está arrugando la frente y tuerce la boca como si acabara de decirle algo muy tonto.

—No te creo, Lee... ¿Por qué no quieres decirme qué te hizo tu mamá? —pregunta, acariciando mis hombros.

Estoy encogida sobre el suelo, con mi mirada clavada en el techo.

—Hay una nueva mancha.

Alzo una de mis manos temblorosas para señalar la humedad, pero de todas formas Caitlyn ya ha asentido con la cabeza.

—¿Nunca vas a hablarme de ello?

Cada vez me cuesta más respirar, se me doblan las rodillas e intento agarrarme a las paredes.

—Hay doce sillas, una está descolocada. Tengo que colocarla.

Me despierto a mitad de la noche con una sensación de ahogo y sin saber donde narices estoy. Me incorporo jadeante apretando mis dedos contra mis palmas, dejando las medias lunas por las uñas en esta, tratando de sacudir mi sueño y habituándome a la oscuridad de mi entorno.

Miro a mi alrededor y veo que estoy en mi apartamento.

Cojo mi diario que suelo esconder entre mi ropa y un bolígrafo para escribir.

Cojo mi diario que suelo esconder entre mi ropa y un bolígrafo para escribir

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me alejo de mi cama buscando las zapatillas, pero no las encuentro. Salgo a hurtadillas de mi habitación y paso por el salón viendo a Eilán sumido en un sueño profundo y me deslizo hasta el baño. Abrazo este, e introduzco ambos dedos dentro de mi boca, provocando mi propio vómito. Una vez sale todo, noto como recupero mi control.

Hacía bastante que no recurría a esto para recomponerme.

Al volver a mi habitación, no soy capaz de dormirme y en cuanto me doy cuenta, los primeros rayos de sol entran por mi ventana.

Salgo y me siento en la butaca junto al sofá.

—¡Eilán! Levántate.

Él sube su cabeza y me responde con su saludo habitual. Vete a la eme. Y es que, como es inmune a los despertadores, debo adoptar el papel de tener que despertarle.

—Vamos a llegar tarde a clase y no querrás eso, ¿no? —le digo. Emite un gruñido, para, seguidamente, levantarse y mirarme como si me quisiera bajo tierra—. Hueles a alcohol... ¿Estuviste bebiendo? ¿Eilán?

En vez de responderme, hace un gesto con su mano en signo de que me vaya y que lo deje en paz.

Suspiro, levantándome y preparándome para después salir e irme.

Una vez llego al campus, me doy cuenta de que la gente me observa con más interés que nunca y, voy a ser sincera, me desagrada por completo. Suelo ser el tipo de individuo que le gusta pasar totalmente desapercibida y la mayoría de veces lo hago tan bien que incluso un camaleón me envidiaría. Mis habilidades de socialización son nulas y en cuanto me tengo que poner a hablar con alguien que no conozco, simplemente parezco patética, pero con que solo se me haya visto un par de veces cerca de Jace y Dry, es suficiente como para que de la nada, las personas me sigan con sus ojos.

Kaylee; Entre Nosotros [TERMINADO] (COMPLETA)Where stories live. Discover now