Capítulo 9. Rara

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—¿Qué haces? —pregunto—. Jace...

—Esconderme.

Humedezco mis labios mientras muevo la cabeza.

—¿De quién te escondes?

Él se ríe.

—No hables alto, nos puede escuchar. —Me mira—. De mi ex. Tuve que sacrificar mi pierna derecha para cortar con ella, y lo que obtengo es ser perseguido. —su ceño se frunce al ver cómo lo miro—. ¿Quién es Enzo?

La pantalla de mi móvil se enciende y entra la llamada de mi padre.

—¿Papá?

—Hija, se me olvidó decirte que Elián se irá a vivir a New Haven.

Parpadeo una vez, y luego dos veces más.

—¿Cómo?

—Allí tienen un programa de deporte excepcional y ha pedido el traslado de inmediato. Debo colgar, adiós.

—No, espera... Pap... —Y cuelga—. ¡Maldita sea!

Me siento jodida, y no de la manera más divertida precisamente.

—¿Malas noticias?

Suspiro y me dejo caer a su lado, pero lo más alejada posible. Una bocina suena a mis espaldas y, de inmediato, me enderezo y miro detrás de mi hombro. Mis manos se aprietan en la áspera tela del sofá al mismo tiempo que dejo escapar una exhalación.

No hay peligro... No lo hay.

—Las peores. —Lo miro—. No sabes lo que es querer pasar desapercibida y tener como hermanastros a Evan y Elián... Por cierto, ¿cerraste la puerta?

Asiente.

—¿Destacan?

Alzo mis cejas.

Oh, chico.

—¿Si destacan? —Tiro sobre el borde de mis pantalones cortos y reajusto la blusa fluida—. Oh, vamos. Muchas chicas de Tennessee me envidian por vivir bajo el mismo techo que ellos solo por ser atractivos. Son el sueño húmedo de las estudiantes de mi antigua universidad. —Mis sandalias resuenan en el pavimento al cruzar el pasillo. Sí, la puerta está cerrada—. Toda una locura.

Dejo escapar una respiración baja, regresando al salón.

¿Para qué le cuento esto?

—Como yo.

Entrecierro mis ojos.

—¿Siempre eres igual de arrogante?

Él se ríe.

—La mayoría del tiempo, sí... Apuesto a que tú te enamoraste de uno de ellos.

Alzo una de mis cejas y mi mano derecha se cierra en un puño.

—¿Yo? No. ¿Por qué debería?

Parpadeo hacia él, muy despacio.

—Wow. ¿No te gustan los chicos que son el sueño húmedo de las estudiantes?

—Cualquiera podría ser un secuestrador — estoy a punto de contestar, pero muerdo mi lengua y finalmente respondo—: No. Supongo que soy diferente, además, ¡son mis hermanastros!

Ríe suavemente, inclinándose hacia adelante y, quiero decir... Muy adelante... En menos de un nanosegundo, se encuentra demasiado cerca de mí, sus bíceps flexionados y estirando el material de su camiseta.

—¡Oh, vamos, Kayllie! Admite que te fijaste en alguno de los chicos que pertenecen a ese grupo.

—Si pretendes que diga que me fijé en ti, lo llevas claro.

Kaylee; Entre Nosotros [TERMINADO] (COMPLETA)Where stories live. Discover now