Capitulo 6 Mi Departamento, Mis Reglas

2.6K 244 113
                                    

—Bell, preciosa, ¿podemos hablar contigo? —preguntó Mary con su cálida sonrisa.

Ella los observó con algo de nervios y los tres adultos tenían sus miradas en ella; Mary con esa sonrisa que no podía rechazar, John cruzado de brazos dando un aire paternal y Sherlock con sus manos por detrás, con esa mirada frívola y seria. A la niña no le quedó de otra más que asentir con suavidad, dejar el plato de biscuits en la mesa y volver a poner su atención en ellos. Mary frotó sus manos y amplió un poco más su sonrisa.

—Bell, nos gustaría a John y a mí preguntarte algo.

Ella movió lentamente su cabeza de arriba hacia abajo.

—Bien. ¿Te gustaría vivir con nosotros? En lo que Sherlock resuelve tu caso.

Bell le observó extrañada, casi luciendo como si no hubiera comprendido las palabras que Mary Watson había dicho. Ante el incómodo momento lo único que salió de su boca fue:

—No.

Los tres abrieron sus miradas de par en par, Sherlock trató de disimular, pero fue inevitable y Mary sacudió la cabeza un tanto desconcertada y volvió a ver a Bell.

—Preciosa, ¿por qué no? —cuestionó.

—Quiero quedarme aquí —respondió veloz y seria.

John alzó sorprendido sus cejas ante la respuesta de la niña y movió sus ojos hacía con Sherlock quien, ante esas palabras, tenía arqueada una de sus cejas dando a comprender su confusión ante la respuesta de la niña.

John alzó sorprendido sus cejas ante la respuesta de la niña y movió sus ojos hacía con Sherlock quien, ante esas palabras, tenía arqueada una de sus cejas dando a comprender su confusión ante la respuesta de la niña

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Oh! —exclamó Mary con su sonrisa—. ¿Te gustaría vivir aquí con la señora Hudson y Sherlock?

Bell sonrió con suavidad y cabeceó un sí.

—¿Estás segura? —cuestionó John extrañado y nuevamente Bell afirmó—. ¿En serio? —insistió, dudoso esta vez.

—Sí —confesó con una agradable sonrisa.

—¿En serio...? ¿En serio? —repitió el Doctor sin creérselo.

—¡Oh, John! —exclamó su mujer mientras le daba un leve manotazo al pecho.

Sherlock, quien aún no comprendía por qué ella quería quedarse aquí, cambió su expresión a su típica seriedad y miró a Isabelle con firmeza.

—De acuerdo —mencionó repentinamente—. Puedes quedarte aquí.

Mary y John voltearon sorprendidos con Sherlock ante su afirmativa. Ellos realmente esperaban una respuesta negativa o alguna excusa clásica proveniente de él, sin embargo, él mismo lo había dicho con anterioridad, necesitaba a la niña para resolver la pieza del caso. La pieza sobre Magnussen.

—Sherlock —llamó John—, ¿estás seguro de que Bell se quede aquí? —El detective volteó con su amigo y con firmeza asentó—. ¿Es en serio? —insistió sin creérselo y Mary le dio otro leve manotazo al pecho.

La Niña que llegó al 221B de Baker Street. 【E D I T A N D O】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora