Capítulo 47 Aguas Profundas

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"El amor que nunca me diste, te lo daré.
Realmente no lo mereces. 
Pero ahora, no hay nada que puedas hacer."

"Room Of Angel" – Akira Yamaoka.  

~

Mycroft Holmes sintió leves picoteos en una de sus mejillas, por momentos pensó que estaba soñado, pero esos toques en su rostro se percibían reales.

—¡Eh! —escuchó—. ¡Eh, despierte! —Abrió sus ojos y sorprendido miró a Thomas Hooper, con la hija del Doctor Watson en brazos. Se alzó de donde estaba sentado y analizó a su alrededor una habitación que se le hacía familiar—. ¡Usted es el hermano de Sherlock!

—¿Quién eres...?

—Tommy —respondió extrañado.

—¿Cómo llegué aquí?

—Nos trajeron Eric y los guardias de Sherrinford —respondió mientras Rosie recostaba su cabeza en sus hombros—. ¿Dónde están el Doctor Watson, Sherlock y Bell? Y ¿Dónde estamos? Este lugar está muy feo. Tengo miedo... bueno, los dos tenemos miedo.

Con su ceño fruncido Mycroft vio al pequeño.

—No tengo idea joven Tommy —respondió mientras seguía observando el lugar que por más que pensó no lo ubicó en sus memorias.

—¿Qué hacemos señor? —preguntó preocupado en lo que se apegaba a él. Mycroft observó confuso al niño.

—Tenemos que salir de aquí.

—Quiero ir a casa, señor Holmes —tristemente dijo Tommy al momento que recargaba su cabeza en las ropas de Mycroft. El mayor de los Holmes quedó paralizado ante la acción del niño y unos leves sollozos provinieron de él. Sin saber que hacer Mycroft colocó su mano en la espalda del pequeño y con unas leves palmadas buscó controlarle pero le fue imposible.

—Yo los sacaré de aquí joven Tommy, pero no llore. No me gusta ver a niños llorar.

El pequeño Hooper alzó su mirada rojiza y con una sonrisa le agradeció al mayor de los Holmes por tan noble promesa.

John Watson abrió de golpe sus ojos al sentir como por sus fosas nasales entraba agua. Observó una profunda oscuridad y desesperado emergió un grito, generando varias burbujas y ondas en el agua. Manoteó y pataleó hasta que logró alzarse y respiró el aire que le faltaba. Al sentir sus pulmones despejados de agua, miró a su alrededor vislumbrando lo que parecían ser pedazos de gran roca y comenzó a caminar entre el agua. Colocó su mano sobre la roca y descubrió en donde estaba, en un pozo.

—¿Cómo demonios...?

—¡¡Hola!! —escuchó una vocecita. Alzó la mirada y la luz de una linterna le molestó.

 Alzó la mirada y la luz de una linterna le molestó

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La Niña que llegó al 221B de Baker Street. 【E D I T A N D O】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora