Para la Niña que llegó al 221B de Baker Street

829 119 33
                                    

Bell,

Feliz segundo año aquí, en Baker Street.

No sé cómo decir esto. Sé que es algo ridículo, y es solo una carta la que te estoy regalando, pero no encontré mejores palabras para decirte, lo mucho que te quiero. Si, se lo que estás pensando, siempre te lo digo; cuando despiertas, cuando vas a la escuela, antes de ir a un caso, sin embargo, muchas de las veces siento que mi sentir es algo seco y apaciguado.

Yo sé que son pocas las veces que te he podido dar algún abrazo, un consuelo o un cariño, ya que mi manera de demostrártelo no siempre es la adecuada. Me conozco y mis emociones no fluyen con la naturalidad de cualquier humano promedio, o como John, que él expresa todas sus emociones a cada momento, pero con esta carta puedo decirte todo aquello que, poco a poco, ira fluyendo en mí.

Hay muchas cosas, las cuales me gustaría decirte en cuando estas a mi lado; en veces siento que algo me bloquea y me impide decirlo con fluidez, pero en esta carta te diré algunas cosas. Cuando llegaste a Baker Street, reconozco que no te trate de lo mejor. Sentí un miedo terrible al saber que conocías los métodos de deducción, también al tenerte tan cerca me creaba una ansiedad, forjando un escudo para mantenerte lejos, pero no te importo. Decidiste vivir conmigo, y soportar mis miradas de odio, mis rechazos, mi ira. Ante todo ello te mantuviste firme, haciendo que poco a poco admirará tu coraje e inteligencia.

Soy de esas personas, a la cuales John llama orgullosas, que odian admitir cuando uno se equivoca pero acepto los peores errores que cometí ante ti. Jamás me concederé un perdón por descuidarte y hacer aquello horrible frente a ti, con odio al recordar ello, las veces que tuviste que verme tocando fondo, me siento avergonzado. Creo que siempre te pediré disculpas por ello, aunque las palabras no salgan de mi boca, sé que siempre lo deducirás.

En estos dos años hemos compartido buenos y terribles momentos, aprendiendo a unirnos y ser una familia, todos nosotros; John, Rosie, Mycroft, la señora Hudson, Molly e incluso el joven Hooper. (De una vez te lo advierto, mantengan distancia). Esta familia, era algo que jamás imagine llegaría a tener, siento una sensación maravillosa inundar mi corazón, en tenerlos a mi lado hasta el fin de mis día.

Sin extender más este primer regalo, Bell, para mí, eres la niña que llego al 221B de Baker Street. Eres esa pequeña que llegó a iluminar uno de los peores momentos de mi vida. Estoy agradecido con esta vida, por tenerte en mi familia y como mi hija.

(Isabelle) Emma Enola Sophie Holmes, mi pequeña detective consultora.

Atte:

Tu padre, William Sherlock Scott Holmes.

La Niña que llegó al 221B de Baker Street. 【E D I T A N D O】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora