Capítulo 39 Tierno Azúcar

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Tal vez no te abracé, en todos esos solitarios, solitarios momentos.
Pequeñas cosas, que debí haber dicho y hecho.
Simplemente nunca me tomé el tiempo.

"Always on my Mind" – Johnny Christopher, Mark James y Wayne Carson Thompson.

~

—John... Esta es la última vez que te marco. Lo prometo. Solo quiero que me escuches. Lo lamento, lo lamento con todo mi corazón. Se la promesa que hice y sé que no la cumplí pero trate de hacerlo; trate de protegerla, y no solo a ella, también a ti y a Rosie... Ella me pido que no te dijera nada, y fui un tonto en obedecerle, sin embargo, también tenía que proteger a Isabelle. Tenía que protegerlos a todos... John, perdóname. Sé que no quieres verme y sé que no volverás, lo único que pido es tu perdón —pausó y tomó una bocanada de aire—. Tengo que irme. Me iré al infierno, te lo prometo.

Lentamente Sherlock colgó el teléfono público y sin poder controlarlo de sus ojos brotaron varias lágrimas dando comienzo a un viaje amargo.

Lentamente Sherlock colgó el teléfono público y sin poder controlarlo de sus ojos brotaron varias lágrimas dando comienzo a un viaje amargo

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Lestrade tocó, repetidas veces, el timbre de la casa de John Watson. Aquel hogar lucía solitario, ni siquiera un fantasma podría habitar en ella, pero el inspector estaba ansioso por ser atendido. Cuando el timbre no resultó ser una solución decidió que era la hora de tocar la puerta y, para su sorpresa, un demacrado John atendió su desesperado llamado.

—Sabía que estabas aquí —dijo Lestrade con una sonrisa nerviosa.

—¿Qué quieres Greg? —respondió nada animado John.

—¿Podría pasar? —El Doctor se hizo a un lado y Greg, preocupado por el estado de su amigo, se adentró a la casa—. ¿Cómo has estado? —preguntó de buena fe. John mostró una mirada terrible y Lestrade tragó difícilmente—. Lo siento.

—Qué más da. ¿Agua o whisky?

—A-agua —contestó sorprendido. John aventó la puerta y se dirigió a la cocina. Preocupado Lestrade mencionó lo primero que se le vino a su mente—: ¿Y Rosie?

—Con Molly.

—¿Y eso?

—Molly la ha estado cuidando en estos días.

—Está bien... —John sirvió el vaso y se lo entrego a Lestrade—. Gracias.

—¿Qué es lo que quieres? —de nuevo cuestionó, con tono agrio.

El inspector posó la mirada al vaso y apreció lo cristalina que era el agua.

—Tengo noticias...

—¿De qué?

—Sobre lo que pasó en Norbury...

John se cruzó de brazos dejando escapar un quejido molesto.

La Niña que llegó al 221B de Baker Street. 【E D I T A N D O】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora