Capítulo 15 Bienvenida: Rosamund Mary Watson

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El detective y el doctor arribaron a Baker Street muy entrada la noche. El tren a Londres se había retrasado y John no paró de regañar a Sherlock, ya que iba texteando como loco en su celular, ignorándole como era de suponerse. John se había estresado de aquella nueva manía de su amigo. ¿Qué tanto hacía en ese maldito teléfono? Por más que se preguntaba y le preguntaba a él jamás obtuvo una respuesta. Comenzaron a subir los escalones cuando John recordó que su celular no había sonado en toda su tarde en Northampton, y menos en lo que iba de la noche. No podía creer que no hubiese recibido llamada alguna de Mary. Al sacar el celular de su abrigo notó como este se había apagado. John suspiró con amargura y puso su pulgar en el botón. Sherlock seguía texteando e ignorando todo a su alrededor cuando el sonido de unos pasos apresurados lo sacaron de su trance, más no despego la vista del celular. Isabelle bajó los escalones demasiado agitada y preocupada.

—¡¡Tío John, Sherlock!! —clamó.

—Ya volvimos —respondió John, ahora él sin dejar de mirar a su teléfono. Sherlock seguía ignorando.

—¡¡Tío John, Sherlock, hay algo que tengo que decirles y es muy importante!!

—Dame un minuto Bell, solo necesito que esté celular encienda...

Bell observó muy alterada ambos hombres, cada quien pertenecía a su mundo.

—¡¡Por favor háganme caso, es con respecto a la tía...!!

—Oh por Dios... —muy preocupado interrumpió John al ver el móvil. Al escucharle Sherlock alzó su vista hacia su amigo.

—¿Qué? 

—Cincuenta y nueve llamadas pérdidas de Mary —contestó ansioso, devolviéndole la mirada a su amigo

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—Cincuenta y nueve llamadas pérdidas de Mary —contestó ansioso, devolviéndole la mirada a su amigo.

—¡¡Es lo que estoy tratando de decirles!! —gritó inquieta la niña y ambos le observaron.

—Código rojo —continuó sobresaltado Sherlock—, tenemos que irnos. ¡Ya, ya!

El Doctor Watson se dio la media vuelta tambaleando, a punto de caerse, pero Sherlock lo sostuvo, sin soltar su celular. Bell les miraba ansiosa, sin saber qué hacer, así que se fue detrás de ellos.

John conducía como un desquiciado hacia el hospital. Llevaba a Mary en la parte trasera junto a Sherlock, quien no soltaba el celular, y en la parte del copiloto iba Bell, asustada por los gritos que Mary daba por sus dolores de parto.

—¡Mary tranquila, solo respira y...!

—¡Sé que hacer cariño! —Respondió hastiada—. ¡Digo, no por nada soy enfermera...! —Se detuvo y abrió la mirada de par en par—. ¡¡Maldición aquí viene otra contracción!!

—¡¡Sherlock!! —gritó John y este alzó los ojos para toparse con la mirada llena de furia de su amigo por el retrovisor. Nervioso el detective bajó el celular y observó a Mary quien se sostenía con fuerza del asiento.

La Niña que llegó al 221B de Baker Street. 【E D I T A N D O】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora