23.

3.2K 188 32
                                    

—Llegamos, despierta —le dije mientras lo movía levemente. Abrió sus ojos adormilado y bostezó, yo sonreí—. ¿Cómo dormiste?

Él me sonrió y me robó un beso.

—Listo para conocer a mi suegra —me contestó sonriente.

Se estiró, y después de recuperar la compostura, me miró.

—No estás cansada, preciosa? —asentí—. Si, te ves agotada.

Yo sonreí sintiendo los cariñitos que daba con sus dedos en mis mejillas.

—Nos están esperando, vamos.

Bajé del coche y toqué el timbre mientras veía cómo Antonio cargaba a Mila.

—¡Mi amor! —dijo mi mamá al verme—. Qué hermosa estás. —me abrazó fuerte, y no pude evitar cerrar los ojos disfrutando su calor.

—Hola, mami.

—¿Quién es ese muchacho? —preguntó viendo a Junior caminar hacia nosotras.

—Mi novio, ma. —contesté feliz.

—Dijiste que no traerías visitas —me reclamó.

—Buenas tardes, señora —Junior se presentó y saludó a mi mamá—. Antonio Herrera.

Apenas entramos, mi mamá nos sirvió de cenar. Mila estuvo oliendo toda la casa y pronto cayó dormida. Después de la cena, mi mamá y Junior comenzaron a hablar; él le dijo que era cantante, y ella estaba fascinada escuchándolo. Yo solo veía cómo seguía anocheciendo, y ellos no paraban de hablar.

—Cuando tenga concierto cerca, le voy a mandar boletos con Paula, y la quiero ver ahí.

Fuimos a acostarnos muy felices, sobre todo yo. Ver a Junior y mi mamá platicando con tanta confianza y lo bien que se había acoplado. Dormida junto a él, acurrucada y solo podía pensar en que por fin estaba sintiendo paz.

—¿Estás despierta, mi amor? —lo escuché preguntarme bajito, yo afirmé—. Estaba muy nervioso.

—¿Por qué?

—No sé, hace mucho que no accedía a conocer a la familia de alguien —contestó—. Pero yo sí quiero estar en tu círculo más cercano.

—¿No te da miedo? —pregunté mientras dibujaba círculos en mi pecho—. Ya sabes, que esto se esté tornando tan serio.

—No hubiera venido si no quisiera que fuera así.

Su respuesta me dio paz y, de cierta forma, libertad para hablar más de él con mi familia.

—Te amo mucho, Antonio —dije acurrucándome más a él.






—Te ves muy guapo —dije mirándolo—. El rosa te queda muy bien.

—¿Sí? —asentí para después darle un pequeño beso.

—Pau —escuché y me levanté para saludar a mi primo. Lo abracé fuerte sonriendo; cuanto extrañaba estar en mi hogar—. ¿Con quién vienes? —preguntó separándose de mí y mirando a Antonio.

Yo solo lo miré esperando a que él contestara. Y aunque lo miró inseguro, después de unos momentos contestó:

—Soy su novio, buenas tardes.

Sonreí mirándolo. Había dicho que era mi novio. Sentí como toda tensión en mis hombros terminó.

—¿Ya novio? —me preguntó mi primo, yo me sonrojé y él rió—. ¿Cuánto llevan juntos?

Estaba por contestar, pero Junior me interrumpió:

—Nueve meses y medio.

Puedo jurar que mi corazón tembló. Yo tenía la cuenta exacta de meses, pero pensé que él ni siquiera le tomaba importancia.

Tomé de su brazo y recargué mi cabeza entre su cuello mientras escuchaba cómo seguía hablando con mi primo. Estaba enamorada.


No podía parar de reír mientras veía a Junior bailar con una de mis tías. Estaba feliz, podía sentir las muy conocidas mariposas. Se veía guapísimo ahí, disfrutando y con una cerveza en la mano. Toda mi familia estaba encantada con él.

—Qué buen muchacho —escuché a mi mamá detrás de mí, y yo sonreí—. Se ve que te quiere mucho.

—Eso crees? —ella asintió—. Yo lo adoro, ma —confesé mientras seguía viéndolo—. Si pudiera, elegiría estar con él siempre.

—Mi niña, estoy muy feliz por ti —d ijo abrazándome de la cintura—. Estoy feliz de que hayas encontrado a alguien que te haya aprendido a valorar.

Y aunque estaba feliz con el escenario, no pude evitar sentir un estruendo en el corazón al oírla. Porque sabía que no era cierto. Porque unos días antes, no paraba de llorar porque mi "novio" se estaba besando a otra en mi cara.

Solo sonreí y me quedé en silencio. ¿Por qué no podía ser siempre así? Me pregunté aún viéndolo.

Cuando la canción terminó, dirigió su vista hacia mí y se dio cuenta de mi mirada en él, se acercó con su brazo estirado invitándome a bailar.

—Mi familia te ama —le dije cerca de su rostro, él puso sus manos en mi cadera, y comenzamos a bailar juntos.

—Me cayeron muy bien —yo sonreí—. Eres muy querida, Pau.

Asentí pasando mis brazos por su nuca.

—Te quieren tanto como yo a ti —dijo dando un beso en mi frente.

—Tu nunca entenderás cuánto te quiero yo —dije tomando su cara con una de mis manos.





—¿Mi amor?

—Dime —respondí pegándome más a él y cubriéndonos mejor, estaba muriendo de sueño.

—No importa cuántas mujeres aparezcan, siempre vas a ser tú.

Tragué saliva y mordí mi labio.

—Es muy lindo que lo digas, Junior, pero si fuera así, estarías feliz solo conmigo.

Se quedó en silencio por unos segundos.

—Ya hemos hablado de eso muchas veces, yo no voy a cambiar. —dijo cansado quitando su brazo de mi cintura.

Lo detuve y tomé su brazo.

—¿Qué me hace falta? —pregunté, y él me miró extrañado—. ¿Qué me hace falta para que quieras formalizar? No ha sido suficiente nada de esto.

Ni siquiera lo pregunté enojada, sino realmente queriendo saber.

—Dime qué hace falta, Junior, y lo haré —continué—. Porque de verdad no sé qué más hacer, siempre que pienso que estoy por lograr que me quieras, dices algo que me desmiente.

Él no decía nada, solo me miraba.

—Lamento mucho que me hayas conocido, Pau —por fin habló—. Te quiero mucho, pero no puedo darte el tipo de relación que quieres.

—Me divierte estar contigo y hacer este tipo de cosas, por supuesto que estoy enamorado de ti —dijo mientras miraba al techo—. Pero sigo sin querer atarme a algo tan serio, no estoy listo.

Mordí mis labios y asentí.

—Te amo, Antonio, pero si no piensas quererme en serio, te pido que me dejes de ilusionar. —lo miré a los ojos—. Porque estás bastante grande como para saber lo que haces. Si tanto me quieres, para de hacerme creer cosas que no serán.

No dijo nada. Yo me volteé y me acosté dándole la espalda.

—Buenas noches, Junior.

la cherry; junior hWhere stories live. Discover now