27.

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Junior's POV:

Una semana había pasado después de nuestra última pelea. Ella no me buscó, ni yo la busqué. Necesitaba tiempo para meditar todo lo que había ocurrido, pero para ser sinceros, ya estaba harto y la extrañaba mucho.

Me encontraba acostado en la cama del hotel mirando al techo. El cuarto estaba lleno de olor a marihuana y es que era imposible que dejara de fumar con el nivel de ansiedad que tenía.

Sabía que ya habíamos tenido miles de problemas así y siempre se arreglaban. Pero y si esta vez sí es distinto?

Me levanté e hice un par de llamadas a las mismas personas que solucionaban mis peleas con Paula. Mandé a que compraran regalos exactos para ella y se los hicieran llegar, sin importar cuánto fuera. Probablemente había sido la vez que más había gastado en ella.

Pedí que pusieran una nota con: "Del hombre que más te ama. Perdóname por ser un idiota, mi chula. Permíteme seguir con el placer de estar junto a ti para tener más inspiración y hacer la canción del amor tan bonito que tenemos. Mandé muchas de tus flores favoritas para que tu departamento esté lleno de amor."

Me metí a bañar con muchos nervios y deseando que al salir, ya estuviera el mensaje de Pau agradeciendo y que me hiciera ver que ya estábamos bien. Mi teléfono sonó y emocionado, cerré la regadera, me coloqué la toalla y contesté sonriendo.

—Señor Herrera?—afirmé—No quiere recibir ninguno de los regalos.

Mi sonrisa se borró.

—Cómo?—pregunté confundido—Le dijiste quién los envió?

—Sí, incluso leyó la nota pero solo me agradeció y me pidió que regresara todo.

—Estás con ella?

—No, cerró la puerta pero sigo aquí afuera.

—Okay, espera un poco, le marcaré, no te muevas de ahí.

Colgué para teclear el número de Paula, pero ni siquiera entró la llamada, aparecía error. Mierda, me bloqueó. Entré a WhatsApp y mis mensajes ni siquiera le llegaban.

Suspiré frustrado. Y entonces pensé en la única persona que conocía que me podría ayudar.

—Gabito—dije feliz cuando escuché que me contestó.

—Qué pasó, Ashee?—lo escuché del otro lado de la línea.

—Necesito un favor, ¿tienes el número de Paula?

—Sí, por qué?—me contestó confundido—Ahora que hiciste, wey?

—Ya sabes, lo de siempre, pero nada que no se pueda arreglar—dije seguro—Puedes marcarle y pedirle que reciba mis regalos?

—No mames, yo no me voy a meter en sus problemas.

—Por favor, solo por esta vez—pedí—Eres el único que me puede ayudar.

—Está bien—dijo molesto—Pero si dice que no, no le voy a insistir.

Colgó, fui a cambiarme mientras ansioso esperaba la llamada de Gabito o del repartidor diciendo que Pau aceptó los regalos. De lo contrario, tendría que ir a dejarlos yo mismo.

la cherry; junior hWhere stories live. Discover now