68.

2.6K 243 39
                                    

Temblé al voltear y verlo ahí, con un saco negro. Se veía demasiado guapo, probablemente si no estuviéramos enojados, estaría encima suyo. Pero lo estamos, y la sangre me hierve, mis nervios están al tope.

—De hecho, creo que acabas de darte cuenta de que estoy aquí —dije intentando mantener mi compostura.

Él rió y negó.

—¿Crees que dejé de trabajar para venir a la cena sin ningún objetivo? —preguntó, me encogí de hombros—. Vine aquí solo por ti.

Asentí sarcástica.

—Creo que te confundiste de mujer —contesté, dándome la vuelta para irme.

Pero de nuevo, fui detenida por Junior, quien me tomó de la cintura y me pegó a él.

—Es una amiga de Nata y mía, me la encontré cuando llegué —miré para otro lado, evitándolo—. Estoy aquí por ti.

—Me tienes bloqueada de todos lados, Junior, ¿de qué hablas?

—¿Y qué? ¿Así de fácil te rendiste?

Abrí la boca molesta y forcejeé para separarme de su agarre.

—Estuve rogándote tres meses, mami —dijo sonriendo, aferrando más su agarre.

—Tú ya decidiste no estar conmigo.

Él negó con la cabeza.

—Por mucho que quisiera, yo jamás podría tomar esa decisión —acomodé mi cabello tras mis orejas—. No sabes cuánto te he extrañado.

No sabía qué hacer, estaba inmóvil y él me observaba detalladamente.

—No hagas esto —pedí.

—¿Qué? —preguntó mientras me observaba.

—No me trates así —contesté—. Como si siguiéramos juntos.

Inmediatamente me soltó y dio un paso hacia atrás.

—Paula, no quiero incomodarte pero...

—Junior, estuve en el estudio hace 3 semanas y dijiste que no querías estar más conmigo —lo interrumpí.

Suspiró.

—Paula, jamás dije eso —contestó—. En ningún momento de la conversación dije que no te quería más, te pedí que aclararas lo que querías conmigo.

Relamí mis labios y miré al piso.

—Y ahora estoy aquí, porque dejaste de buscarme y no podía dormir con la ansiedad de pensar que no hice lo suficiente por nosotros —prosiguió.

Volvió a acercarse a mí, solo que esta vez sin tocarme. Solo estábamos frente a frente, haciendo contacto visual.

—Pau, ¿puedes por favor decirme qué es lo que sientes? —pidió—. Solo dime que sí quieres esto y asunto arreglado, pero dilo, porque si no, entenderé que definitivamente se terminó.

Y de nuevo, quedé completamente muda. No actuaba, no decía nada. Él se quedó esperando una respuesta y yo solo temblaba sin emitir una sola palabra.

—Entiendo, mami —asintió para caminar e irse—. Siempre te querré mucho, y aunque no quiera, siempre estaré esperando a que digas que sí, pero será solo hasta que tu lo decidas.

Dejó un beso en mi mejilla y entonces, sentí sus pasos avanzar.

"Habla, Paula", me pedí. Suspiré, ya había arruinado todo muchas veces como para hacerlo otra vez.

—¡No, Antonio! —dije en voz alta para que me alcanzara a escuchar.

Este se detuvo apenas me escuchó y volteo a verme. Da igual, pensé y corrí hacia el para tomarlo de la cara y besarlo.

la cherry; junior hWhere stories live. Discover now