32.

3.2K 192 27
                                    

Antonio's POV:

Un plato de mi comida favorita estaba frente a mí. Sonreí al probarlo.

—Y por qué estás aquí sin Paula?—me preguntó—Te hizo algo?

Negué inmediatamente.

—No le contó?—pregunté extrañado y ella negó con la cabeza—Ya no estamos juntos.

Abrió la boca sorprendida.

—Qué pasó?—bajé la mirada.

—Yo fui el que arruinó todo—admití—y pues ya no quiere estar conmigo, pero la verdad no la puedo culpar. Paula es muy linda y yo no sé querer al parecer—reí.

—Hiciste algo muy feo?—yo asentí—Ay, Antonio y yo que te quería tanto para mi Pau.

—Yo sí la quiero mucho—tomé de mi vaso—No pues, la neta, la extraño mucho. Por eso la vine a ver porque ya no sé qué hacer.

Por primera vez en todo este tiempo y después de hablar con muchas personas sobre cuánto extrañaba a Pau, sentí mis ojos llenarse de lágrimas.

—Se lo juro que lo he intentado todo, pero no quiere—dije solo centrándome en mi plato—Yo, la verdad, pienso que ya nunca vamos a regresar.

Tomó asiento en la silla que estaba a mi lado y puso su mano sobre mi brazo.

—No te preocupes, ya pensaremos en algo—me consoló—Yo sé cuánto te quiere Paula y los dos se miraban muy felices.

Sonreí pensando en qué opinaría ella al saber que estoy aquí.

—Voltea—dije sacando mi celular para tomarle una foto junto a las vacas. Ella me miró y sonrió posando—Qué chula estás, mi amor.

Se acercó a mí sonriendo, pasó sus brazos por mis hombros abrazándome.

—Cuando nos casemos, vamos a comprar una casa aquí y vamos a tener muchos animalitos—dije, y podía jurar que sus ojos brillaron.

—¿Cuándo nos casemos?—yo asentí sonriendo.

—¿O qué? ¿Ya te arrepentiste?—ella negó y después me dio un beso—Me encantas, Pau.

Tomé uno de sus mechones y lo puse detrás de su oreja para después besarla mejor.

—Estábamos muy enamorados—dije nostálgico—Bueno, yo estoy muy enamorado aún.

Ella me sonrió.

—Ven, vamos a hornear algo y me cuentas.

Así se fueron nuestras horas; ella me pedía ingredientes y yo se los pasaba mientras le contaba lo que había ocurrido. Entre chistes intermedios y regañadas, terminamos.

El pendejo de Gabito nunca podría hacer esto, pensé.

—Yo pienso que no estás haciendo lo suficiente—me dijo y la miré confundido—Al final, un par de mensajes e ir a su departamento puede hacerlo cualquiera. Gabriel te lo está demostrando.

—Auch—dije exagerando.

—Estoy hablando en serio, Antonio—dijo riendo a lo que yo sonreí—Paula necesita saber que tú ya no eres el mismo, que mejoraste.

Asentí. Por la noche, sus familiares llegaron. Ya los conocía y todos estaban felices de verme, aunque todos preguntaron por Paula. Su mamá contestaba por mí diciendo que esta vez había querido venir solo porque los extrañaba mucho.

Por primera vez en dos meses, estaba feliz. Estar cerca de gente que tanto quiere a Paula me hacía querer luchar aún más por ella. A todos les preguntaba sobre ella, sobre sus cosas favoritas, sobre anécdotas suyas en la niñez, quería saber más.

—Ya hablamos mucho de mí, cuéntame ahora tú—dije acobijándola más.

—Yo quiero saber más de ti—se quejó.

—Cuál era tu comida favorita de chiquita?—pregunté ignorando su comentario.

Así toda la noche, hice miles de preguntas, quería conocerla a detalle. Me aprendí todas sus respuestas.

Mi niña, ahora sí estoy listo para quererte como lo mereces.

la cherry; junior hOù les histoires vivent. Découvrez maintenant