36.

3.2K 201 14
                                    

—Te cuidas, Paula —dijo Gabriel subiendo mis maletas al auto—Cualquier cosa, me llamas y voy por ti.

—Lo prometo, solo son dos días.

Asintió, y yo solo lo abracé.

—Cuida bien a Mila, ¿sí?

—Sí, está bien —contestó recibiendo mi abrazo—Yo no sé por qué eres tan atrabancada.

Después de despedirme, procedí a manejar hacia mi hogar. Unas horas después ya me encontraba en casa junto a mi mamá.

—Ay, ma, qué rico —dije mirando el plato de comida frente a mí.

—Tenías mucho sin venir —me reclamó sentándose en la mesa junto a mí—Ha venido más Antonio que tú.

Dejé de comer y abrí los ojos de más al escucharla.

—¿Cómo?

—No sabías? —negué y noté en sus gestos que sabía que lo había arruinado—Tal vez era secreto.

—Ahora me dices.

—Estuvo aquí hace una semana, se quedó unos días en tu cuarto —confesó—No puedes decirle que yo te conté.

Y entonces el regalo que recibí cobró sentido.

—¿Y qué hizo aquí? —pregunté.

—De todo —me contestó riendo—Hasta fiesta le hicieron.

Negué contagiada por la risa de mi mamá.

—Lo hubieras visto, anduvo bailando, me ayudó a cocinar, habló con todos tus tíos y ni se quería ir.

Sentí muy bonito al ver a mi mamá emocionada hablando de él.

—Pero sabes cuál fue la principal razón de su visita? —la miré esperando su respuesta—Tú.

—¿Por qué? —comía de mi plato para esconder mi nerviosismo.

—Tú no me habías dicho que terminaron, Paula.

—No supe cómo decirte—me disculpe.

—Pues Antonio tuvo más decencia que tú y vino a pedirme ayuda porque tú nada más no lo querías escuchar. —hice una mueca al escuchar—No te culpo porque me contó que él fue quien lo arruinó.

—Pues qué chismoso.

Mi mamá solo se rió.

—Tú todavía lo quieres, solo te estás haciendo del rogar —dijo molestándome, negué sonriendo.

—No sé, ma —bajé la mirada—La verdad, tengo miedo de perdonarlo y que de nuevo, no resulte, y yo vuelva a sentirme igual de lastimada y triste.

—Mi niña —acarició mi mejilla—Yo te entiendo, a mí tampoco me gustaría que sufrieras ya, y si decides que lo mejor es no estar con él, entonces así será y todos lo respetaremos.

Suspiré.

—Si quiero estar con él, ma, solo no sé cómo iniciar de nuevo.

—Te diré lo que le dije a él, todo lleva su tiempo y es soltando, esperando que las cosas tomen su propio rumbo.

Sonreí. Me conmovía pensar en que Antonio había estado aquí pidiéndole consejos a mi madre.

—Le preguntó a todos sobre ti, a mí me pidió que le mostrara fotos de cuando estabas chiquita, a tus tíos les preguntó cómo eras, qué te gustaba y qué hacías cuando vivías aquí.

Me sonrojé.

—Qué vergüenza, mamá.

Después de un largo día, me encontraba acostada en mi cuarto. No recordaba lo frío que era aquí. Era buen momento para hacer lo que ya había decidido.

"Hola, Antonio. Solo quería agradecerte por el regalo, me hizo sentir muy especial porque imagino lo difícil que fue conseguirlo. Muchas gracias."
Enviado 22:30 p.m

Apagué el celular después de enviar aquel mensaje; tenía mucho sin sentir ese tipo de nervios.

Que tonta soy, pensé divertida.

Comencé a cerrar mis ojos, pero el sonido de la notificación hizo que los abriera rápido y sintiera mis latidos ir más rápido.

"No tienes nada que agradecer, Paula. Me alegra mucho que te haya gustado."
Enviado 23:10 p.m

Suspiré, ¿no podía escribir más? ¿Como que me extraña mucho o algo así? Lo dejé en visto y volví a cerrar los ojos, pero de nuevo, una notificación me despertó.

"Cómo has estado?"
Enviado 23:30 p.m

Sonreí victoriosa.

"Bien, todo bien y tú?"
Enviado 23:32 p.m

"Estoy en el pueblo, ¿te acuerdas?"
Enviado 23:33 p.m

Quería que me dijera que estuvo aquí. Los nuevos mensajes aparecieron en la pantalla.

"Cómo no me voy a acordar? Mis días favoritos contigo fueron ahí."
Enviado 23:34 p.m

Mordí mi labio pensando en si debía enviar lo que tenía pensado.

"En serio? Yo creo que tuvimos mejores."
Enviado 23:35 p.m

Sonreí nerviosa y me escondí debajo de las cobijas.

"Hubo muchos, Pau. Es difícil elegir uno solo."
Enviado 23:40 p.m

Suspiré, mucho por hoy. Si él no quería hablar, yo tampoco.

"Tienes razón. Bueno, solo era eso, iré a dormir. Buenas noches."
Enviado 23:41 p.m

A los segundos, noté que vio mi mensaje.

"Tan pronto?"
Enviado 23:41 p.m

Rodeé los ojos al leerlo y sonreí nerviosa.

"Sí, tengo sueño."
Enviado 23:42 p.m

"Que descanses, Junior, te mando un beso."
Enviado 23:42 p.m

De nuevo, contestó a los segundos y solo respondió a mi último mensaje.

"Solo uno?"
Enviado 23:42 p.m

la cherry; junior hWhere stories live. Discover now