55.

2.8K 211 14
                                    

—Me encanta dormir contigo —dije pegándome más a él.

—A mí también, mami —escondió su cara en mi cuello—Mañana no estaré aquí cuando te despiertes.

—¿Irás al estudio? —lo sentí asentir—Puedo acompañarte.

—¿Quieres?

—Quiero ir contigo a todos lados —contesté—Odio mis pensamientos después de las peleas.

—¿Qué estás pensando ahora?

—No quiero que te alejes nunca de mí —comencé a jugar con su pelo—Me da miedo que pienses que soy muy batallosa.

—Es que sí lo eres —reí—Pero eso no me interesa, yo sabía que así ibas a ser desde que te conocí.

—Y ahora ya te hice todo mío —dije emocionada—Así quédate siempre, siendo muy mío.

Alzó la cara y dio un pico en mis labios.

—Yo te entregaría mi corazón completo, al chile —sonreí—Cómo me voy a cansar de esa carita chula, ¿eh?

Me dio más besos pequeños.

—Aunque seas batallosa y me esté costando mucho tenerte quieta, estoy completamente enamorado de ti, chula.

—¿Mucho? —asintió—De todos modos quiero ir al estudio contigo.

—Vamos pues —volvió a recargar su cabeza en mi pecho—Pero nos iremos muy temprano.

Asentí, nos quedamos en silencio unos instantes.

—Junior? —pregunté y este me respondió adormilado—Iré a una reunión mañana en la noche.

Lo escuché quejarse.

—Ves cómo eres de batallosa? —sonreí—Con quién?

—Estefanía —comencé, pero me interrumpió.

—Entonces no —carcajeé y le di un golpe.

—Solo seremos cinco chicas y estaremos en la casa de una de ellas.

—¿Por qué no las invitas aquí y pido que les adornen o algo? —sugirió.

—¿Me quieres encerrar aquí o qué?

—Yo tampoco te quiero tener ya lejos nada nada —dio un beso en mi cuello.

—Solo serán unas horas.

—Pues ve, mi amor —dijo—Yo te llevo y yo te recojo, eso no está a negociación.

—Trato hecho.

Tomé su cabeza obligándolo a alzarse y darme un beso.

—Si no estuviera tan cansado, ya te tendría encima mío desnuda.

—¡Junior! —me quejé riendo.

—Pero como sí lo estoy, solo hay que taparnos bien y a dormir.


—Ya, Paula —dijo Junior riendo, quitando mi mano de su cara.

—Es que estás muy guapo.

Sonrió mientras mantenía la vista en el camino.

—Me encanta verte manejar —dije, encantada viéndolo.

—Tomaste mucho, ¿no?

Asentí con la cabeza mientras sentía mis ojos cerrarse. Unos minutos después, sentí un fuerte golpe.

—¡Puta madre! —se quejó mi novio, pegándole al volante—Por eso no me gusta manejar tarde, Paula.

Lo miré sorprendida, él suspiró para bajar del coche. Un auto detrás nuestro se estrelló contra nosotros, aunque no fue demasiado fuerte. Yo seguía muy borracha y no entendía lo que estaba pasando.

la cherry; junior hWhere stories live. Discover now