CAPÍTULO 17

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La doctora De-Ràzes había proyectado un par de diapositivas sobre la pizarra blanca del laboratorio, las cuales Nínive contemplaba con atención. Incrementó el tamaño de una de las imágenes, una ilustración de la beta globina.

     —Es esta parte de aquí en la cual quiero concentrarme. —De-Ràzes señaló uno de los aminoácidos—. En esta molécula de valina se genera la diferencia de cargas, lo cual afecta por completo la función de la hemoglobina en sí.

     Nínive lanzó un resoplido.

     —Sí... Creo que la causa está más que clara. —Se puso de pie y bloqueó parte de la imagen proyectada cuando quedó frente a la pizarra—. Sin embargo, esta causa está más que desperdigada por todo mi organismo. Incluso el inservible de Colleman tenía razón con lo del trasplante, De-Ràzes: el problema son mis células madres.

     La doctora pasó a la siguiente ilustración.

     —El problema varía dependiendo del punto de vista, Nínive. Tus células madres no serían el problema si el gen HBB estuviera sano.

     —Pues adivina qué: no lo está. —Nínive regresó a su lugar, un poco más molesta—. ¿Recuerdas la parte de «enfermedad genética», Agnès? El problema es mi ADN, y no es algo que se pueda cambiar.

SangbìbiersWhere stories live. Discover now