CAPÍTULO 39

257 63 31
                                    

Jeff atrapó una palomita en el aire antes de coger su teléfono

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Jeff atrapó una palomita en el aire antes de coger su teléfono.

-Más te vale que sea bueno, AJ -dijo al tiempo que masticaba-. Justo había conseguido ponerme manos a la obra con la tarea de hace una semana.

-Pues tu tarea tendrá que esperar, viejo. ¿Te digo algo? Creo que esta es la semana más alocada que he tenido en toda mi vida.

Jeff, más que intrigado, bajó los pies de la mesa y se reacomodó en su silla, buscando entre las bolas de papel con ideas fallidas un bolígrafo. Había estado uniendo piezas de los diferentes casos y los posibles vínculos con distintas órdenes de caballería dado que doña Terrestre Estafadora se había largado con todas sus teorías en la cabeza. «Y después nos pide que confiemos en ella», había protestado, pero Kina la había defendido, aludiendo que Jason podría buscar la forma de expulsarla de la abadía. «Sí, claro... Y yo me chupo el dedo. ¡No quiso decirnos y punto». Sin embargo, después de demasiados callejones sin salida, supo que lo mejor sería terminar de una vez por todas su proyecto de biología; las vacaciones improvisadas gracias a los crímenes no durarían mucho, y Kina lo mataría si volvía a presentarse en clase con un truco de magia para demostrar el funcionamiento del camuflaje de los camaleones, pero AJ jamás exageraba, así que se reclinó en su silla y se dispuso a escuchar.

-Yo no sé si estás al tanto, pero, según parece, DeBlanckfort y Bryce están actuando a espaldas de tu hermano.

Las cejas de Jeff se dispararon hacia arriba.

-Si será traidora la Terrestre...

-¿Qué cosa?

-Nada, tú tan solo habla. ¿A qué te refieres con eso de actuar a espaldas de mi hermano?

-Resulta que hace un rato se apareció Wagner junto a uno de sus colaboradores... El sujeto ese que se encarga de la consejería estudiantil y los manicomios, ¿cómo era el nombre...?

-¿El doctor McHugh? -dijo Jeff.

-¡Sí, ese! El tipo estaba nervioso porque no hallaba el expediente de King que tu hermano tanto le estaba pidiendo. Juraba que la última vez que lo había visto estaba en su despacho, por lo que Wagner me pidió revisar las cámaras del día de ayer por si acaso y... ¿Estás listo para flipar?

Jeff retorció las comisuras de sus labios.

-Nací listo, AJ, solo escupe lo que sabes.

-¡DeBlanckfort se los robó! -AJ soltó una carcajada mientras que Jeff sentía que las palomitas se le saldrían por los ojos.

-¡¿Qué?! No, mejor dicho, ¿DeBlanckfort? ¿Seguro? Bueno, el posee inmunidad, puede hacer lo que se le dé la gana, pero... ¿Terrestre participó? ¡¿No sabe que puede ir presa?! ¡Más le vale a DeBlanckfort no haberle tendido una trampa, la creía más lista!

-No lo sé, tío... Bryce fue la que se adentró en el despachó y salió con las cosas robadas. Aun así, DeBlanckfort también hizo de las suyas porque, cuando en la filmación les muestra a los soldados una orden, McHugh se sintió aliviado al ver que habían conseguido la aprobación del priorato, pero tu hermano llamó al prior y... ¡Ja! ¡Pierrick nunca en la vida firmó nada! Así que de seguro era falsa. ¡Tendrías que haber visto la cara de tu hermano, viejo! Estaba a punto de arrojar todos los ordenadores.

-No me extraña... -Jeff se quedó absorto, imaginándose la rabia que Jason debería sentir al ver que el heredero podría estar arriesgando no solo su imagen, sino que la reputación del DII-. ¿Y qué tan importantes eran esos papeles que Jason quería?

-Hmm... Hasta donde he podido escuchar, el archivo contenía cada una de las sesiones de King, ya que el sujeto no había tenido muy buenos resultados en las pruebas psicológicas de admisión y allí también estaba el historial médico y antecedentes en su familia.

-Oh. No es nada interesante.

-Pues no, pero... Tu hermano no lucía nada contento con las grabaciones, y yo me pregunto qué es lo que hará con Bryce y DeBlanckfort. ¿Desde cuándo los DeBlanckfort colaboran con los terrestres? Es muy raro.

Jeff frunció sus labios.

-Sí... -Tamborileó con sus dedos sobre el escritorio-. No sé si está tomando medidas excepcionales bajo circunstancias excepcionales o qué, pero no tiene sentido. -Hizo una pausa, buscando alguna explicación. La Terrestre había insinuado saber lo que estaba ocurriendo minutos atrás. ¿Qué tanto sabía?

-Lo sé, pero recuerda que DeBlanckfort también estuvo con ella cuando sucedió el asesinato de ayer. Es como si se estuvieran rehusando a colaborar con el DII y, honestamente, no me sorprendería enterarme que DeBlanckfort ahora no confía ni siquiera en ellos y optó por...

-Por, ¿qué? -intervino Jeff-. ¿Un terrestre que llegó hace menos de una semana? Nah. Algo traman. Y, conociendo a Terrestre, podrían hacer explotar toda la abadía con tal de capturar a un par de infiltrados, lo cual Jason no aprobaría.

-Tiene sentido -dijo AJ. Ambos chicos quedaron en silencio, hasta que AJ cambió por completo el tema de conversación-: No sé si te has enterado, pero la semana que viene colocarán el anuncio oficial del baile del Día de las Luces.

-¿Piensan festejarlo? ¿Aunque tengamos no sé cuántos muertos?

-Sabes que la iglesia no se pierde ni una tradición; podría haber una matanza por la mañana que ellos celebrarían por la noche sin remordimientos.

Jeff soltó una risita.

-Les pondrían flores a las tumbas para que celebren con ellos y todo, en eso te doy la razón. Por mí, que celebren todo lo que quieran. No pienso ir. -Jeff aguardó a que AJ contestara, pero pasaron los segundos y el chico seguía callado-. ¿Estás ahí?

-¿En verdad que no piensas hacer nada?

-¡Oh, no empieces con ridiculeces, AJ!

-¡¿Yo?! No, hermano, ese eres tú. El año pasado Kina se quedó en su cuarto mientras que tú asistías al baile con Leslie porque no te animabas a pedírselo. ¿Qué sigue, casarte con cualquier otra chica porque estás cagado hasta las patas?

Jeff tensó su mandíbula. Comenzó a retorcer el bolígrafo entre sus manos y solo reaccionó cuando se partió y los trozos salieron volando.

-No creo que sea un tema que debamos discutir justo ahora.

-Ah, ¿no? ¿Y cuándo lo discutiremos? ¿Cuándo ella se canse de esperar y elija a un nerd del club de física que ni siquiera refuerce su porcentaje como es debido? ¿Tan poco te importa?

-¡Yo no...! -Jeff cerró la boca para no ser oído por todo el pabellón-. No dije que no me importe, al contrario, ya sabes lo que pienso: desearía que alguien con un porcentaje todavía más afín se apareciera y que ella se olvidara de que existo. Recibió una paliza por mi culpa, ¿o acaso se te olvida? No soy uno de esos príncipes de cuentos con los que ella fantaseaba de cría, AJ.

-No, no lo eres. Eres su afín, lo cual es muchísimo más importante.

-¡Ugh! -Jeff puso las manos sobre su cabeza-. ¿No podemos hablar de DeBlanckfort y sus robos?

-No, en verdad que no. No cuando mi mejor amigo está a semanas de romperle el corazón a la chica que ama, pero que no se atreve a confesárselo. Kina de seguro que siente lo mismo por ti, idiota. Solo que es demasiado tímida como para admitirlo. Y allí estás tú, siendo un completo imbécil.

-Oh, vaya, cuánto ánimo, te contrataré como coach personal...

-Entonces ya deja de hacerte el tonto.

-¡No me hago el tonto! ¿Te crees que es fácil? ¡Tú mismo lo has dicho! Kina es la persona más tímida del mundo. ¿Y si no siente un carajo? No solo quedaría haciendo el ridículo, ¡sino que también perdería a mi mejor amiga!

-Pues adivina qué: si no haces nada, tarde o temprano alguien irá tras ella y también la perderás, Jeff. Porque estoy muy seguro de que no tolerarías verla en los brazos de otro sujeto o que sus hijos te llamen «tío Jeff». Aunque, qué voy a saber yo, ¿cierto? Haz lo que quieras.

SangbìbiersWhere stories live. Discover now