CAPÍTULO 28

296 62 27
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Devon cerró el Libro de los Reyes y lo guardó en el cajón de su escritorio ni bien oyó los toques en la puerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Devon cerró el Libro de los Reyes y lo guardó en el cajón de su escritorio ni bien oyó los toques en la puerta.

—Adelante —le dijo a Wagner, quien minutos atrás había afirmado que necesitaban hablar en privado. Devon estaba seguro de que se trataba de los asesinatos; debido al caos de teoría y suposiciones, había tenido que pedirle una prórroga de doce horas al priorato para redactar el informe oficial que se le proporcionaría a la prensa, la cual lucía como una fiera ansiando desgarrar a su presa.

El agente Wagner ingresó en silencio, escoltado por dos soldados de la guardia real, quienes se quedaron flanqueando la puerta. Lucía tan impoluto y sobrio como siempre, pero Devon podía distinguir la sombra de un par de ojeras que, poco a poco, todos empezaban a arrastrar. Wagner le extendió los dosieres con los avances en la investigación y Devon abrió el primero de ellos para revisarlo.

SangbìbiersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora