Capítulo 37

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Luna

El cumpleaños del comisionado se podría resumir en tres hechos importantes:

Casi muero escalando un cerro a pie.Fue a mí a la que casi le da un paro cardíaco haciendo Bungee Jumpee. La banda de mosquitos casi se lleva a Cristal.

Pero no me alegro, porque casi me llevan a mí también.

Y es que «los mosquitos» literalmente son una banda y eso el comisionado no lo mencionó, me di cuenta hasta después cuando llegando a la cúspide de la montaña ―donde se supone que estaban las casas de campaña y eso― había una cantidad considerable de personas y bailaban al ritmo de «los mosquitos».

Pero esto no tiene que ver nada con el cumpleaños del suegro, él solo quiso venir aquí como celebración.

Pero, volviendo al tema de los mosquitos, es que quién... a ver... ¿quién? ¿a quién se le ocurre formar una banda y llamarla «Los mosquitos»? ¿Y quién hace covers de éxitos en inglés y los convierte en música duranguense mientras el vocalista grita «Los Mosquitos» al iniciar la canción? Además ¿Quiénes llevan camisetas con un mosquito borracho como «logo» junto al nombre de una banda que se llame «Los Mosquitos»?

Y yo que bailo de todo, eh; pero ya escuchar «Blinding Lights» de The Weeknd al ritmo de música de banda norteña es otro nivel, señores.

Okey, entendí por qué el comisionado quería conseguirnos la casa de campaña más alejada posible, ¿pero a quién en su sano juicio se le ocurriría hacer cosas cochinas en la cima de una montaña y con música de «los mosquitos» de fondo?

Y no miento cuando digo que «Los Mosquitos» casi se llevan a Cristal... pero a bailar a la tarima y yo comencé a aplaudir como todos animando al público, hasta comencé a golpear la mesa para hacer más ruido y todo para ver a la estirada bailar sobre una tarima junto a los mosquitos, pero entonces ellos me miraron y me invitaron a mí, después fue Gabriel quién comenzó a aplaudir y hacer ruido para que yo subiera con ellos.

―¿Qué? No no... ―Me negué, pero me negué para que fuera Cristal la que subiera no yo. Estaba pensando una buena excusa o una mentira a medias, pero antes que soltara cualquier tontería, ya estaban tirando de mí y Gabriel, que estaba a mi lado, ya se estaba moviendo de lugar para dejarme pasar, entonces yo le dije:

―¡Te restaré un cerdo holandés por esto!

El hombre araña soltó una carcajada, el comisionado me dijo que estaba seguro que Gabriel se lo volvería a ganar después y yo le dije «eso es seguro» aprovechando que estaban la rata Roberto y la vulpécula roja estaban ahí. Miré a más chicas subiendo al escenario y me vi comprometida a ser la mejor en lo que sea que tenía que hacer ―y no tenía ni la mínima idea a qué me estaba apuntando― tomé un shot de los que estaban en la mesa y después otro, me puse de pie y dije:

―Okey, guárdame un espacio que allá te voy San Pedro.

Y todos comenzaron a aplaudir, el mosquito preguntó mi nombre y a través del micrófono mi voz resonó por todo el sitio «Lunaaaa». Le siguió un coro de voces diciendo mi nombre y seguí al vocalista mientras «Blinding Lights» de The Weeknd seguía sonando en duranguense ¡Carajo! ¡Qué música, madre mía! Me imaginé que lo más probable era que bailara eso ¡eso! y pues por supuesto que yo sabía cómo, pero en serio ¿Blinding Lights de The Weeknd?

La música se detuvo y el hombre del micrófono dijo:

―Ustedes tendrán que cantar la canción que saldrá en la pantalla junto a su nombre. ―Oh, cantar. Éramos cinco chicas en ese minúsculo espacio que llamaban escenario y una de ellas se retiró en cuanto vio que a ella le tocaba cantar «La vaca lola», pero no por tener que cantarla ―digo, ¿quién no quiere cantar «la vaca lola»?― sino por lo siguiente que el mosco mencionó: ―Y, por supuesto, tienen que cantar a ritmo duranguense.

Se busca novia © (Disponible en Amazon 🌸Digital, Papel y Kindle Ilimitado🌸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora