Capítulo 2

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Gabriel

Treinta y seis horas antes

¿Consideras que vives estresado?

No, por supuesto que no.

Observo el papel que tengo frente a mí, parpadeo un par de veces para concentrarme y me relajo en el espaldar de mi silla giratoria intentando buscar comodidad. Le doy un vistazo a mi reloj y muerdo la parte superior de mi lapicero al mismo tiempo que leo, de nuevo, la primera pregunta para darle una respuesta.

Yo no vivo estresado.

Digo, lo normal nada más. Tengo un cargo de responsabilidad, por supuesto que a veces estoy tenso, pero eso es todo. Cuando la punta de mi lápiz toca el papel para escribir otra respuesta, me quedo meditándolo un poco. Sí, he dicho algunas veces... tal vez varias veces... que estoy estresado, pero no es que realmente lo esté. Entonces me decido por dejar una contundente negación:

No.

Cambio un poco de parecer:

No

Un poco nada más.

Tacho mi respuesta anterior y escribo:

Solo algunas veces.

Vuelvo a lo primero que había escrito:

No.

Lo dejo así, no es como que alguien vaya a leer esto tampoco y no es como que vengan a preguntarme ¿Sí estás estresado o no?¡Vamos! Siguiente pregunta:

¿Cuántas horas al día duermes?

Ocho horas, por supuesto.

Saco mi teléfono celular de mi bolsillo y me voy a la aplicación que asegura «registrar mi sueño» toda la noche. Me muerdo el labio inferior cuando leo la cantidad de horas que supuestamente dormí: 4 horas y media.

Eso no es verdad, algo debe estar mal con este aparato. Bueno, recuerdo haberme acostado a las diez, ah claro, pero después recibí una llamada y tuve que revisar un documento de un cliente con urgencia. Admito que ni siquiera miré el reloj cuando me quedé dormido, pero es trabajo y hay cosas más importantes que dormir.

Ocho horas.

Nadie va a leer lo que escribí:

Cuatro horas y media.

Pero por si acaso, tacho la anterior y escribo:

Seis horas.

Eso está bien.

—¿Cómo vas? —Escucho una voz a mis espaldas. No me giro, me quedo viendo la hoja de nuevo y escucho de nuevo a Juan, mi amigo, decir: —Si contestamos que sí a todo ¿Crees que nos enviarán de vacaciones al Caribe?

—Yo ni siquiera tengo tiempo para vacaciones en el caribe —digo en pausas, sin querer rasgo la hoja con la punta de mi lápiz específicamente donde se lee la tercera pregunta: ¿Pasa mucho tiempo en su trabajo? ¡Claro que paso mucho tiempo en mi trabajo¡¡Soy abogado, de uno de los bufets de finanzas más importantes del país! —No tengo tiempo ni siquiera para esto, de verdad.

Juan, suelta un bufido, me golpea el hombro para tomar lugar en un banco frente a mí. Conocí a Juan desde que inicié mi primer día en la facultad de derecho. Él era el voluntario como guía turístico de estudiantes de nuevo ingreso en la universidad cuando yo ingresé. Nos volvimos amigos desde entonces y después comenzamos a trabajar en el mismo buffet. Solo es un año mayor que yo, es un poco más alto, usa gafas y tiene el cabello negro. Además, posee un coeficiente intelectual bastante elevado, ganó campeonatos de matemáticas en su adolescencia y fue el mejor alumno de su generación en la facultad, es voluntario en varias causas benéficas y tiene un reconocimiento como el mejor abogado del despacho, en eso se resume la vida de él.

Se busca novia © (Disponible en Amazon 🌸Digital, Papel y Kindle Ilimitado🌸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora