Capítulo 7

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Luna

Esto debe de ser el karma.

Debí de ser extremadamente mala en mi vida anterior. Tal vez incendié un orfanato, contagié de lepra a alguien a propósito, perseguí judíos en Alemania. Tal vez fui hombre y me acosté con la mejor amiga de mi mujer cuando ella se quedaba en casa cuidando los niños. No lo sé, pero nada más se me ocurre para encontrarle una explicación a toda mi mala suerte.

―Lo... siento... ―Digo, con una sonrisa en los labios a los hombres que me están observando con intriga. ―No se preocupen... ―Me aclaro la garganta. ―Mi padre siempre decía cuando era pequeña que lo más seguro es que yo en mi otra vida fui un niño. Me gustaban las patinetas, jugar baloncesto, odiaba los vestidos y las barbies, incluso les arranqué la cabeza a un par, pero bueno... esa es otra historia, hasta incluso me gustaba Marissa, la niñita rubia de mi grado.

Eso no es verdad, por supuesto. Yo siempre he sido muy femenina y siempre me gustaron las barbies, nunca jugué baloncesto, ni anduve en patineta, tampoco hubo una niñita rubia en mi clase que se llamara Marissa.

Los hombres y el chico más joven no me quitan la mirada de encima, ahora con el entrecejo fruncido se miran entre sí, no dicen una palabra. Mierda, solo de pensar que estos tipos escucharon todo lo que dije y peor aún... Gabriel.

Carajo.

Gabriel también escuchó todo lo que dije.

Mierda, mierda.

―Bien... yo... ―Me vuelvo al tipo vestido del hombre araña, de tantas cosas que han pasado hoy que ni siquiera sé cuál es el motivo exacto por el cual me mira con ganas de soltar una carcajada. ―Creo... que... tengo que irme. No a mi casa... digo, allá a la mesa que estábamos... ―Tal vez no sea mala idea irme a mi casa. ―Ya sirvieron las hamburguesas. Te... espero allá...

Gabriel asiente y después de dejar la toalla de papel en la papelera, me dice:

―Me parece bien, tengo curiosidad por cómo acabará la noche...

―Espero que vivos. ―Respondo sin pensar. Gabriel suelta una pequeña carcajada y yo miro de regreso a los sujetos que todavía no me han quitado la mirada de encima. ―Bueno... me voy... fue un gusto conocerlos... ―Camino en dirección a la puerta bastante rápido porque ya quiero irme de aquí. ―buen provecho... provecho no... digo... buena meada... ―¿Meada? ¿En serio, Luna? ¿En serio? ―Okey no, ustedes entienden.

Abro la puerta y la cierro a mis espaldas, suelto un suspiro cuando ya estoy afuera y ya ninguno de ellos, ni Gabriel, pueden verme. Estoy sudando y ni siquiera está haciendo calor, me abanico con las manos mientras pienso que esta es la peor noche de toda mi vida. Espero que después de este día no tenga que volver a ver a Gabriel... nunca.

De acuerdo, tal vez solo estoy portándome paranoica. A lo mejor Gabriel ni siquiera me escuchó... o quizás sí... creo que mejor me voy a casa.

Tomo una calada de aire y no se me ocurre nada más que desaparecer de este sitio como si nunca hubiese venido. A toda prisa me dirijo hacia la puerta que anteriormente el camarero me había indicado que podía pedir ayuda y comienzo a gritar mientras toco:

―Una hamburguesa con queso ¡Una hamburguesa con queso! ―La puerta se abre y se asoma el joven camarero junto a otro más pequeño que él de estatura, al verme dejan todo lo que estaban haciendo y salen de ahí con un teléfono en mano.

―Señorita, ¿Está todo bien? ¿Llamo a la policía? ―Miro en dirección hacia donde está la mesa que compartía con Gabriel, parezco muy asustada y en realidad lo estoy, pero no por el motivo que ellos creen, solo quiero salir de aquí porque no soportaría mirar a Gabriel a la cara después de todo lo que acaba de pasar allá adentro. ―No se preocupe, lo tenemos todo controlado.

Se busca novia © (Disponible en Amazon 🌸Digital, Papel y Kindle Ilimitado🌸)Where stories live. Discover now