Capítulo 55

53K 6.6K 2.5K
                                    


Luna

Okey, ya estaba.

Se lo había dicho a Gabriel, así sin tapujos.

Me había pasado días enteros ideando la forma más correcta para decírselo, con un vino y entre bromas, con una música de piano y tequila, no lo sé; tantas formas, ya me había imaginado hasta todos los escenarios posibles y las formas en las que iba a huir si a un caso aquello no salía como esperaba, pero no... me tocó soltarlo así... sin más, sin preparación, sin ensayo, sin tantear terreno antes.

Maldita Cristal o su amiga... o las dos juntas, porque son tal para cual.

Hijas de... su madre.

Pero a ver... pensándolo bien, tampoco puedo odiarlas, digo... en parte me dieron ese golpecito en la espalda que necesitaba, me sirvieron el momento ideal en bandeja de plata, tal vez no era la mejor forma, ni el momento más adecuado, pero qué más da... tenía que decírselo de todas formas ¿no? Y qué mejor ocasión que esa, porque si la vida te da limones...

Gabriel no se lo había tomado tan bien.

Bueno, sí me lo esperaba. No todos los días alguien te dice que sus padres son Max y François.

—¿Quieres vino?

—No, Luna. Lo que quiero saber es si tú tuviste algo que ver con que tus... padres quisieran trabajar con nosotros.

Mejor guardo la botella de vino.

—No. —Y eso sí es verdad. Aunque tal vez sí tenga que ver un poquito que Gabriel trabaje ahí. —Bueno, sí querían conocerte y dado que no podían presentarse como ellos... ya sabes, mis padres; Fran hizo la cita contigo en el bufete. Pero te juro que su decisión no la tomó por mí, de hecho le pareciste todo un profesional y...

Diciéndolo en voz alta suena bastante mal.

—Pero yo no puedo trabajar con ellos. No sería ético de mi parte si son mis... —Se aclara la garganta y agrega casi perceptible: —Suegros. Juan hace exactamente lo mismo y es un genio en temas empresariales. Los voy a referir con él.

Desde que conocí a Gabriel nunca lo había visto con el gesto encabronado, aun así para dirigirse a mí lo hace de una manera suave aunque le tiemble la voz cada que me dice "tus padres". Parece molesto o tal vez confuso, no sé. Pero después de preguntarme quién de los dos me enseñó a tocar el piano y yo le contesto que Max, me dice que tiene mucho trabajo y se va con su laptop a su habitación.

Lo observo alejarse y al gato ir detrás de él, abre la puerta y deja a Pantuflas pasar primero para después hacerlo él. No la cierra, pero creo que lo más prudente ahora mismo es quedarme donde estoy. Tal vez abrirme la botella para mí sola, porque siento que yo sí la voy a necesitar. Tomo mi teléfono celular y mientras camino hacia el balcón, busco el número de número de cualquiera de mis dos papás, el primero en aparecerme en la pantalla es el de Max. No tarda nada en contestar y lo primero que suelto justo cuando descuelga es:

—Ya se lo dije a Gabriel. Creo que me quedaré soltera. Tal vez debería adoptar unos cinco gatos más. —No sé dónde está, pero de fondo se escucha "Mami que tu quiere... aquí llego tu tiburón" ­y después el grito de un grupo de personas... lo más probable ebrias.

—¿Le dijiste qué? —Me pregunta y ahora parece ir saliendo del lugar porque la música es menos fuerte. Le digo que ya le conté sobre ellos y que tal vez vaya a dejarme, entonces lo primero que se lo ocurre es: —Espera... ¿Crees que vaya a dejarte? ¿Entonces el ritual sí nos funcionó? ¡François!

—¿Max, es en serio? —Ahora es la voz de mi Lucía, mi tía, riñéndole. —Es tu culpa que después nos crean illuminatis.

—¿Y dónde andan ustedes?

Se busca novia © (Disponible en Amazon 🌸Digital, Papel y Kindle Ilimitado🌸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora