Capítulo 27

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Luna

«Nadie nunca me había tratado de esta forma»

Ese fue el comentario de sexychocokrispis, mi padre, justo en el momento que Gabriel subió la foto a su perfil. Aunque lo estoy viendo hasta hoy ―el día siguiente― con un dolor de cabeza que se siente como el mismísimo infierno, no es como que ya haya estado en el infierno... bueno, al menos que trabajar con Lisseth, tener un novio como Andrés y una «mejor amiga» como Ana, cuente como «infierno». Ok, me desvié. El punto es que: Mis padres sí habían comentado y lo habían hecho los dos, desde sus cuentas separadas y también juntos desde la cuenta de la «confitería Los Rodríguez». En fin, padres.

Cierro los ojos un momento y dejo caer el celular a mi lado, suelto un suspiro y abro los ojos de golpe en el momento que caigo en cuenta que esta no es mi cama, no es mi habitación y por supuesto, no son mis sábanas, bueno, tampoco son mis sábanas, ni mi cama, ni mi habitación, pero... bueno, se entiende...

El punto es que... hasta el olor es distinto, huelen bastante a Gabriel.

¡Mierda!

Estoy en la cama de Gabriel.

En.la.cama.de.Gabriel.

Carajo, carajo.

Y sé que la cosa está bien complicada cuando veo a Pantuflas enrollado en mis pies, reitero: Sobre la cama de Gabriel y el gato está ahí, acurrucado, sobre el colchón del hombre araña. Mierda. Levanto las sábanas poco a poco, cerrando ambos ojos y abro uno solamente para cerciorarme que mi ropa sí está en mi cuerpo ¡Sí, sí lo está!

Santo escarabajo.

Suelto un suspiro sonoro, cargado de alivio o tal vez decepción, ya ni sé ―digo, si a un caso se me dio la oportunidad, la desaproveché― todavía llevo el vestido de ayer y no sé cómo sobreviví a una noche completa en algo que me está apretando todo por dentro. Caray, ahora entiendo por qué soñaba que un caballo en tacones brillantes me había caído encima.

Maldita sea Cristal y sus zapatos feos.

Mi celular comienza a sonar causándome un susto de muerte, me masajeo las sienes en un intento vago de relajación y cuando tomo el aparato me doy cuenta que es mi padre.

Mi padre, sexychocokrispis.

Y me está llamando.

No es una llamada normal, es una video llamada más específicamente, significa que su cara aparecerá en mi pantalla y la mía, media dormida y con resaca, aparecerá en la suya. Caramba. Me pongo de pie de un salto y siento como si me han dado un par de martillazos en la cabeza y no es como que ya me hayan dado martillazos en la cabeza, pero otra vez... ese no es el punto, la cuestión es que me siento como la mierda.

Y tengo que dejar de decir mierda.

Tomo una calada de aire cuando la llamada se corta y miro a Pantuflas muy a gustito, calientito y satisfecho sobre el colchón de Gabriel, sin resaca ¿Y cómo diablos es que yo tengo resaca? Recuerdo haberme tomado tal vez un trago de Jinro, o dos o tres... o... no me acuerdo, mier... coles. Tal vez debí hacer caso a Google y tomar un sorbo nada más.

No hay ni rastros de Gabriel, aprovechando esto tomo el gato en brazos y ahogo un grito cuando el condenado me muerde el dedo ¡Hijo de su... de su fruta madre!

―¡Hijo de tu... ―pienso una palabra rápido. No se me ocurre nada. Vuelve a cerrar los ojos y se pone panza arriba, ahí frente a mí.

Solo espero que Gabriel aparezca ahora mismo.

Miro mi reloj y me doy cuenta que es bastante tarde, carajo. Salgo de la habitación esperando no encontrarme a Gabriel con estas fachas que seguro parezco un mapache drogado, aunque a estas horas asumo que ya no está. Al verme en el espejo del baño me percato que me miro peor de lo que pensaba. Me lanzo toda el agua que alcanzo a recoger con mis manos y sigo pareciendo el mapache drogado, pero esta vez más presentable.

Se busca novia © (Disponible en Amazon 🌸Digital, Papel y Kindle Ilimitado🌸)Where stories live. Discover now