Capítulo 12

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Gabriel

Conduzco sobre la calle que Luna me compartió como su ubicación desde hace varios minutos y no logro verla, doy un vistazo al mensaje de texto una vez más y después observo el lugar frente a mí a través del parabrisas. El lugar no es muy transitado, hay vegetación por todas partes, estoy seguro que ni siquiera a un alma en pena se le ocurriría vagar por aquí.

Carajo ¿Dónde está Luna?

Marco su número, no contesta. Comienzo a entrar en pánico así que estaciono mi vehículo y me bajo para buscarla. Vuelvo a marcar su número cuando he visto con detenimiento mi alrededor y no está por ningún lado. Unas voces detrás de mí me llaman la atención, seguido del ringtone de un celular que se parece mucho al de Luna... por supuesto que es ella y un sujeto la acompaña. Cuelgo la llamada en el momento que ella me mira, suelta un suspiro y me señala:

―Es él. ―Le dice al sujeto que esta con ella. ―Es mi abogado y si mi cara aparece en su canal de YouTube, los demando. ―El sujeto detrás de ella aprieta los labios, me mira a mí y después a ella.

―No podíamos darte cien dólares más y asustarte otra vez. Sería engañar a mis seguidores. ―Además, agrega: ―Tu reacción real fue genial. Sé que vamos a lograr muchos likes.

Luna señala al chico con el dedo índice y le dice elocuente:

―No.

No puedo evitar que la escena me dé un tanto de gracia. Le abro la puerta del lado del copiloto al momento que comienza a caminar hacia mí. Un mensaje me llega al celular y al sacarlo de mi bolsillo me doy cuenta que tengo una llamada perdida de mi padre y un texto de Roberto, uno que dice que necesita hablar conmigo. Genial. Solo espero que Catalina no esté de por medio.

Voy a contestarle a él cuando una segunda llamada de mi padre me interrumpe. Me debato entre contestarle o no, en el momento que cierro la puerta de mi vehículo después que Luna ha subido a él, la llamada se corta, pero casi de inmediato vuelve a sonar y me atrevo a contestar:

―Papá. ―Un gruñido de su parte es lo que recibo y me hace fruncir el ceño. Comienzo a rodear mi auto esperando su respuesta. ―¿Estás bien?

―Sí, estoy jugando golf. ¿Tú como estas?

―Bien, ¿cómo estaría? ―De acuerdo que mi padre me esté llamando y me pregunte cómo estoy es algo por lo cual preocuparse. No es que tenga una mala relación con él, de hecho, nos llevamos bastante bien, pero este tipo de formalismo de parte suya es sospechoso.

―Hablé con tu madre. ―Ok. Ahí está. ―Y con Roberto.

Peor, mucho peor.

―Okey... ―Hago una pausa prudente. ―¿Y el motivo de tu llamada es...?

―Mi cumpleaños.

―Ah. ―Hago memoria. No, su cumpleaños no es hoy. Además, aunque lo olvide, nunca me llama para eso. ―No es tu cumpleaños, papá.

―No, pero ya pronto lo es y necesito saber algo. ―Abro la puerta de mi coche, me dejo caer frente al volante y cierro. Le doy el espacio para que hable, pero no lo hace, hasta que le pregunto si sigue ahí y me dice: ―Tu madre me contó sobre... Ok... creo que ya lo sabes, Cristal... ¿es la misma Cristal tuya?

―A ver... que mía tampoco era.

―Ya sabes a qué me refiero. ¿Sí es la misma Cristal? ¿La pelirroja? ¿Abogada?

De todas las personas en el mundo a las que Cristal pudo follarse en Inglaterra, tuvo que ser específicamente a mi hermano. No porque sea Roberto específicamente, si no... porque ahora yo estoy envuelto en esta situación tan incómoda.

Se busca novia © (Disponible en Amazon 🌸Digital, Papel y Kindle Ilimitado🌸)Where stories live. Discover now