Decimocuarta sesión con el doctor Cantú

271 37 8
                                    

Cuando Mauricio abre la puerta de la habitación de su paciente, encuentra a Gustavo sentado en la orilla de la cama; mientras Eva se seca las mejillas, él se pone de pie.

—Te veo mañana —Le aprieta la mano y comienza a retirarse. Al pasar junto a Mauricio, le da la mano—. Doctor. Un gusto volver a verle; hasta luego.

—Puedo regresar más tarde —propone el doctor, comenzando a regresarse sobre sus pasos.

—No, no —Se apresura Gustavo—. Ya tengo que irme.

Gustavo se marcha, cerrando la puerta con mucha cautela.

—¿Todo bien? —pregunta el doctor, aunque la respuesta es obvia.

—Mi mamá quería venir a verme, pero mi papá no se lo permitió.

—¿Por qué no quiere venir a verte tu papá? —Mauricio voltea hacia la puerta para asegurarse de que esté cerrada—. ¿O en todo caso que lo haga tu mamá?

—Ya llegaremos a eso, doc. Aún me faltan muchas cosas por contarle.

—De acuerdo —responde él, tomando asiento. Y aunque sospecha las razones por las cuales Eva tiene tantos problemas con sus padres, está dispuesto a ir al ritmo de su paciente—. Nos habíamos quedado en tu primer día en Toronto.

Sólo a ella | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora