13. S.O.S

4.9K 522 222
                                    

Cuando le dieron esa cosa que se suponía era un celular, Danielle intentó usarlo para escapar

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Cuando le dieron esa cosa que se suponía era un celular, Danielle intentó usarlo para escapar. Tardó un poco en acostumbrarse, todo se le hacía extraño, como tener un Nokia o algo así. ¿Y para qué? Para descubrir que habían bloqueado las malditas redes sociales. Solo tenía Facebook... ¡Facebook! ¿Quién demonios usaba esa cosa todavía? ¿Los millennials emos? ¿Su abuelo? Como fuera, eso y el maldito Google era lo único que tenía para entretenerse.

Mientras José Alonso se ponía a stalkear por Instagram a toda su familia, y ella intentaba recordar siquiera una contraseña, buscó noticias sobre su padre. ¿Y si ya habían anunciado su muerte? Papá fue un miembro de la sociedad de El Sirada muy conocido en las altas esferas, podría jurar que todos los que eran alguien en la ciudad tuvieron algo que ver con él. Imposible que no se supiera que estaba muerto, ¿verdad?

Y no apareció nada. Entonces los Montagny iban a ocultar su muerte, y quizá hasta que la habían entregado. ¿Los Bautista sabrían algo? ¿Cómo contactarlos si no tenía ni un número de teléfono?

—Qué lindo es este Lanslet... —José Alonso se sentó justo a su lado—. Si me lo presentas, ¿me matará?

—Es un Montagny.

—Con más razón, angelito. O me la clava, o me lo como. Estoy dispuesto a arriesgar mi vida por un tire de media hora, no me importa nada... Oye, ¿y este es su hermano? ¿Alme... qué...?

—¡Ya cállate! 

Estaba con un humor de mierda, cierto, y muchas ganas de romper cosas. Tal vez solo era enojo por la situación, o porque veía su mano marcada y odiaba ser una maldita cazadora, pero más odiaba no tener Instagram, y entonces, entonces...

—Pero, angelito...

—¡No me digas así!

Se sorprendió de su reacción, dándole con el puño directo en el ojo. El vampiro solo se llevó la mano a la zona afectada, mencionó que le dolía, pero no reclamó más. Un poco más tranquila, Danielle intentó entretenerse con la porquería de marca innombrable que le llevaron, para acabar rindiéndose. Solo recodaba un número, y era del chófer de Milla. Lo tuvo que recordar de tanto marcarlo, pues a veces su amiga se ponía borracha y solo el señor Alberto las podía rescatar de donde quiera que estuvieran.

"S.O.S – Dani", fue lo único que le mandó al hombre como mensaje de texto, como en la época de las cavernas. Supuso que era lo único que podía hacer antes de que se dieran cuenta. De todas maneras, no esperaba nada. A lo mucho el hombre miraría el celular con cara de desconfianza y lo olvidaría.

Eso pensó, hasta que Milla tocó la puerta del apartamento de la forma más ruidosa posible. La ilusión se reavivó, la esperanza se asomó. "Le importo, a alguien le importo... Una hora habrá pasado... Una hora y ella está aquí", se dijo, y una vez más estaba al borde de las lágrimas, pero de alegría.

¿Acaso el señor Alberto le avisó apenas vio ese mensaje extraño? ¿Y cómo llegó Milla a la conclusión que estaba allí? ¿Quién más lo sabía? ¿Su familia? ¿Los Bautista? Bien, no había tiempo para pensar en eso. No cuando tenía a Aliz sobre ella, y mirándola seria. Por supuesto que dedujo que de alguna forma la contactó, y que eso significaba problemas para todos.

Frontera de cazaOnde histórias criam vida. Descubra agora