Cumplir dieciocho años en la tradicional y poderosa familia Bautista-Montagny es todo un acontecimiento. Y Danielle lleva esperando la noche de su fiesta con mucha expectativa, sin tener idea de lo que le aguarda.
Al recibir de su padre un misterio...
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Sus sentidos captaron la onda expansiva de la explosión. Ni Aliz, ni ningún vampiro, era más rápido que la luz o el sonido, pero en ese medio segundo en el que supo lo que iba a pasar, se arrojó sobre ella para protegerla. No pudo hacer más, en realidad ni siquiera supo si la explosión sería terrible, o si poco después acabarían sepultadas bajo las ruinas.
No fue tan grave, al menos no para los que se habían refugiado en esa casa. Del otro lado, debía de ser un infierno. "Bueno, gracias, Arabella", se dijo. A pesar de que cuando la hirió se juró que la mataría, podía reconocer que la desgraciada no tenía escrúpulos, y esa audacia de alguna forma le gustaba. Ahora tenía que hacer su parte, y no iba a tardar más.
Cuando Aliz quiso incorporarse, escuchó a Danielle quejarse. Se hizo a un lado con cuidado, para que los vidrios rotos de la ventana no la lastimaran. Se veía aturdida, así que la tomó de la mano y la ayudó a incorporarse. "Jack está en la casa de al frente, no pierdas el tiempo. Es ahora que tienes que actuar", se dijo con decisión. Pero también sabía que ella estaba en peligro. Que tal vez ella era el objetivo de todo eso.
—Danielle, ve a buscar donde esconderte —le ordenó.
—¿Qué...?
—¡Vamos, muchacha! Jack está aquí, sabes lo que quiere. Así que escóndete de una vez que tengo que irme. —La tomó del brazo, alejándola de la ventana. Bien, la metería en cualquier cuarto, y si tenía que encerrarla...
—¡Suéltame! —Así que al fin se espabilaba la cazadora. Danielle se sacudió, y dio unos pasos atrás—. Tú no me dices qué hacer.
—¿Es que no entiendes? ¡Jack quiere acabar contigo! ¿Tienes idea de lo que puede hacerte?
—¿Y a ti qué te importa? Vete si quieres, y hazlo rápido.
Aliz gruñó por lo bajo. Esa idiota... ¿Qué demonios quería? ¿Qué los esbirros de Jack la atraparan? Ese bastardo no iba a tocarla, porque ella se encargaría de matarlo. Pero los Edevane no se iban a quedar tranquilos, y no dudaba de que alguno pudiera aparecer por allí. "¿Y si no la vuelvo a ver?", pensó de pronto. Un pensamiento que por un instante la hizo flaquear.
La última vez, cuando se despidió de Diego, ni siquiera lo miró. Ella estaba de espaldas, alimentándose. Él dijo que iba a salir, que se verían al amanecer. Fue todo tan rápido, tan casual. Porque no tuvo motivo para temer, no pensó que ese simple adiós sería el final. ¿Y si ese momento también lo era? ¿Si cuando regresaba, ella ya no estaba allí? Y si, todavía le dolía perder a su pequeño, aún recordaba la forma tan fría de expresarse de la Danielle cazadora, o el filo de su daga en el cuello. Pero también recordaba que era suya, que la necesitaba. Y si al volver ella no estaba a salvo, iba a enloquecer de verdad.
Danielle ni siquiera lo vio venir, ella tampoco lo pensó mucho. Si era la última vez, quería una despedida decente. Así que la tomó de las mejillas, y la besó rápido. Pegó sus labios contra los suyos y la besó con voracidad, llena de ansias. La cazadora apenas estaba reaccionando, cuando la soltó. La miró por última vez, y se alejó tan rápido como pudo. La ejecución de Jack no podía esperar.
