25. Sin esperanza

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Lo veía inofensivo

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Lo veía inofensivo. Tal vez era insolente, no se dejaba amedrentar, y jamás bajaba la mirada. Pero seguía siendo un humano. Solo eso, tan frágil y fácil de asesinar. Que fuera pupilo de la vampiresa Drak era lo único que marcaba una diferencia. Quizá estuvo presente durante la muerte de Chicho, o no, pero sin dudas sabía algo. 

Jerika lo miró de lado. Sentado en medio de esa sala, atado a la silla, pero sin siquiera una mordaza o una venda en los ojos. No era necesario, le dijeron. No había nada que temer, y no importaba lo que viera o escuchara. 

En el otro lado del salón estaba Arthur, quien en realidad resultó ser un brujo. Quién lo diría, el tipo era tan siniestro y pálido como Jack el destripador, cualquiera pensaría que era un vampiro. Solo se preguntó por que el nuevo líder del clan envió a Jack con un brujo.

Pero también era aburrido estar allí y solo esperar. Ya era de noche, y aunque no tuvo la suerte de participar en el asalto a la hacienda de los Bautista, se alegró de saber de toda la sangre y muerte que dejaron a su paso. Y, por supuesto, la dejó muy satisfecha tener de rehén a alguien tan cercano a Aliz. Jack les pidió que no lo torturaran. Solo que, quizá, un par de golpes no estarían de más.

La vampira se puso de pie y caminó lento hacia el joven. Este levantó el rostro, y apenas la miró. Había desdén y altanería en él, cosa que solo le daba más rabia. ¿Por qué ese gusano estaba tan seguro de que no le pasaría nada? Alguien tenía que quitarle ese orgullo y ponerlo en su sitio. Cuando estuvo frente a él, lo cogió de los cabellos, obligándolo a mirarla. Este se mantuvo imperturbable, solo esperando.

—Sabes que hoy será tu fin, ¿verdad? 

—Supongo que sí —contestó con desinterés—. ¿A quién esperamos? ¿No puedes matarme tú?

—No será tan fácil, querido. Tienes que sufrir. No es que nos importes, pero alguien que conocemos acabará muy lastimada cuando sepa lo que te hicimos.

—Bueno, si hacen lo que sea que tienen planeado hacer, Aliz vendrá por todos ustedes. Incluyéndote. No la conoces, cuando se trata de venganzas, a ella no le importa nada.

—Esta vez los Drak no triunfarán, imbécil. Los Edevane retomaremos el poder, una lástima que no podrás verlo.

—Qué raro. La última vez que vi a un Edevane fue cuando prendí un fósforo y lo arrojé sobre su cuerpo. —Jerika se quedó inmóvil, apretando con más fuerza el cabello del chico. Pero este ni se inmutó, al contrario, su sonrisa se ensanchó al notar que le afectaron sus palabras—. Lo de echarle gasolina fue idea de otro, yo pensé solo en ron de quemar. No merecía otra cosa. Pero sí, ardió muy rápido. Fue todo un espectáculo...

No pudo contenerse. Ese humano miserable no tenía derecho, no podía hablar así de Narciso, de su amor. Todos los Drak eran una escoria detestable que no merecían piedad, y ese infeliz tenía que pagar. Sus colmillos se asomaron, estaba listo para morderlo. Solo tenía que dejarlo vivo para Jack, nadie dijo nada de no morderlo.

Frontera de cazaWhere stories live. Discover now