Puntos que matan

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A punto estaba de no gritarte.
Me faltaba muy poco para no hacerlo, pero al, final lo hice.  Quién iba a saber que aquella vulgar acción hiciera sentar tan bien. Luego, tú estuviste a punto de no contestarme pero en tus ojos leí que no te costó mucho decidirte.
Tardamos menos dedos minutos en llegar a los puños. Peleamos como nenas, como las mujeres que éramos y como las personas, tan enfadadas cómo creíamos estar. A punto estuve de no disparar te,  pero recordé el escupitajo que me habías propinado antes y tus manos burlona y entonces ya no hubo piedad. A punto estuve de no lanzarte por la ventana y de no dispararte dos veces más por si acaso.
Y entonces deperté. Ya no había más puntos, comas , decisiones ni vueltas atrás. Esperaba oir tus pasos en el pasillo trayéndome el desayuno pero lo único que sonó fue una ambulancia seguramente de un accidente lejano. Peto se oía muy cerca. Cada vez más. Había tenido un sueno muy raro pero no podía ser...
A pesar de todo el cadáver seguía estando debajo de mi ventana del 4° piso empezando a ser rodeados por los vecinos.

CUADERNO DE BITÁCORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora