Metamorfosis en mi barriga

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Nunca he sido capaz de dormir cuando hay una luz encendida. Ni cuando el ruido predomina o mi piel entra en contacto con otra persona. Supongo que el movimiento y la señal de que hay vida cerca me pone alerta e impide que me relaje.
Ahora, son las tres de la mañana y no me puedo dormir por las mariposas que bailan dentro de mí. Son más que nunca y aunque aprieto las manos contra mi barriga, no quieren parar. Su danza es frenética y me mantiene en vela.
Sin embargo, no es el hecho de que bailen lo que me molesta sino que pronto se cansarán. De momento eres su faro de luz sin ser polillas, su música que les hechiza, pero pronto caerán rendidas. No tengo miedo de que ellas pueblen mi cuerpo sino de su desaparición. Se morirán sin volver a sus capullos porque aquí la única capulla soy yo.
No sabré como enseñarte sus cadáveres con esa cara que pones cuando me besas.

CUADERNO DE BITÁCORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora