Hablando del silencio

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Existió una vez una chica demasiado tímida.
No de esas personas a las que les cuesta mucho abrirse, si no de esas a las que es difícil sacarles una sola palabra. No parecen querer. Además, solía estar afónica, excusa que utilizaba para no abrir la boca en todo el día.
Aunque, nadie sabía porque. Quizás porque de usar tan poco sus cuerdas vocales, ellas se habían sentido inútiles y se habían declarado en huelga.
Sus compañeros de clase ya estaban acostumbrados y pronto comprendieron que no valía la pena intentar llegar a conocerla. Pensaron que su interior estaba vacío y por eso ella no se atrevía a comunicarse. Que vivía con miedo a que si dejaba salir el aire, ella se desinflaría al fin.
Había un montón de suposiciones pero nadie acertaba ni se acercaba remotamente a la realidad.
Ella sufría. No comprendía porque no le pedían su opinión ni la razón por la que ni le hacían preguntas corteses. Ellos no conocían su enfermedad. Unas infecciones de gargantas que convertían hablar en un tormento.
Una de ellas fue tan fuerte que un día se quedó muda del todo.
Y nadie notó la diferencia.

CUADERNO DE BITÁCORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora